Nueva caravana migrante

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La urgencia económica y la violencia callejera en Honduras son más fuertes que las consecuencias de migrar en tiempos de la pandemia del coronavirus. La violenta realidad en aquel país sumerge en la desesperanza a sus habitantes. Como consecuencia de ello, este miércoles al menos mil personas comenzaron a formar una nueva caravana migrante desde San Pedro Sula rumbo a Corinto, departamento caribeño de Cortés, en la frontera con Guatemala, con la intención final de llegar a Estados Unidos a través de nuestro país. El millar de personas en su mayoría jóvenes comenzaron a concentrarse en la Central Metropolitana de autobuses, tras el llamado a través de las redes sociales de Facebook y Whatsapp.

En un principio el plan era abandonar su país el 4 de octubre, sin embargo, la mayoría de las personas decidieron no esperar más y luego de tomar sus mochilas y mascarillas emprendieron la huida. La policía de aquel país no ha intentado hasta este momento detener el escape de sus paisanos.

Esta nueva caravana, que es el segundo intento en tiempos de covid, se forma tan solo dos semanas después de que Guatemala reabriera sus fronteras, tras mantenerlas selladas durante meses para frenar la propagación del coronavirus. Recordemos que Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua pertenecen al CA4 que permite el libre tránsito de sus habitantes entre las cuatro naciones, pero a consecuencia del covid Guatemala había cerrado su frontera, y hoy además de la identificación nacional está solicitando pruebas de laboratorio que garanticen que las personas extranjeras no estén contagiadas con covid. Aunque como sucede con la frontera entre México y Guatemala, existen muchos puntos ciegos por donde las personas pueden ingresar sin ser detenidos por las autoridades migratorias o de salud.

Es cierto, que desde 2018 la presencia de caravanas migrantes por nuestro país ha disminuido, sin embargo, no podemos decir que esa práctica haya desaparecido, por el contrario, continúa siendo la manera más segura de cruzar nuestro territorio. La última marcha llegó a México en enero de este año. Los centroamericanos no tuvieron mucho éxito pues el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, los detuvo, encerró en estaciones migratorias y fueron deportados. A pesar de ello, los intentos por llegar a la Unión Americana no se detienen sea que las personas lo hagan en solitario o acompañándose en una caravana.

Mientras eso sucede, en nuestro país los diputados aprobaron por unanimidad una reforma a las leyes de migración y refugiados para que el Estado mexicano se obligue a otorgar estancia por razones humanitarias a menores migrantes no acompañados. La reforma prevé que en ningún momento las niñas, niños o adolescentes, independientemente de que viajen o no en compañía de un adulto, sean privados de su libertad en estaciones migratorias o lugares habilitados para ello. Además, se obliga al Instituto Nacional de Migración a reconocer la condición de visitante por razones humanitarias y que en ningún caso pueda devolver, expulsar, deportar, retornar, rechazar en frontera o no admitir a menores migrantes, sin que antes sean beneficiarios de un plan de restitución de derechos.

Por vía de mientras, en el contexto del coronavirus y la reforma a la ley migratoria en México, al menos mil hondureños se acercan a nuestra frontera sur para ingresar en caravana a nuestro país.

Lo dicho con anterioridad: las caravanas migrantes no dejarán de sucederse, en todo caso, disminuirán su intensidad, pero no desaparecerán.

 

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