Jorge Meléndez Preciado
29 de junio de 2022.- No fue casual que Agustín Carstens, el que fue encargado del Banco de México, llegara a nuestro país en momentos que la crisis mundial va escalando y se encuentra en niveles preocupantes.
El gerente del Banco de Pagos Internacionales (institución que dicta las condiciones financieras en el mundo), señaló algo que ya sabemos hace tiempo: dejen actuar a los bancos centrales, aunque ello implique mayores costes financieros para la economía en general y los gobiernos en particular (El Financiero, 28 de junio).
Agregó, Carstens, los gobiernos se acostumbraron a un acceso cómodo a los mercados financieros por la abundancia de liquidez, pero las condiciones se modificaron (ídem).
El economista descubrió, muy tarde el Mediterráneo, ya que la pandemia del Covid- que está en su quinta ola y continuará-, la guerra Rusia- China, el aumento del petróleo, la escasez de soya, aceite de girasol y otros productos que se cosechan en países del mencionado conflicto bélico y la migración universal son asuntos que no pueden soslayarse e influyen gravemente en la economía, aunque los financieros las desprecien.
El llamado “Doctor Catarrito” (Carlos Fernández Vega, dixit), quien, en la crisis de Felipe Calderón, cuando era secretario de Hacienda, señaló que nos venía una leve gripa, aunque la economía descendió 8.2 por ciento, y sufrimos una auténtica pulmonía, quiere repetir sus trucos.
En mayo, México sufrió un récord negativo en la balanza comercial, desde hace 28 años. Los factores claves estuvieron en las gasolinas- donde el gobierno de Andrés Manuel ha tenido que subsidiar con 300 mil millones de pesos- y en los productos alimentarios (El Economista, 28 de junio).
Incluso en algunos establecimientos mexicanos, hay ausencia de algunos productos como sardinas y bebidas embotelladas.
Estamos en un momento donde se avecina una estanflación: baja productividad y alta inflación.
El asunto no es únicamente aquí, ya que la subida de precios en Estados Unidos (8.5 por ciento, mayor que la nuestra) va en aumento y eso ha llevado a Joe Biden intentar subsidiar las gasolinas, en un país donde el supuesto libre mercado debe ser el método adecuado (sic capitalista).
En Canadá, la inflación ha sido de 7.7 por ciento, la mayor en 40 años, y en algunas regiones ha superado el 10 por ciento.
Ello muestra que el famoso TMEC deberá ponerse en marcha de otra manera para aminorar la crisis, si en verdad hay cooperación entre los países de Norteamérica.
Agustín Carstens, por cierto, insistió que el aumento de salarios traería un desajuste mayúsculo en la economía. En el actual sexenio se han elevado más de 60 por ciento y nada ha ocurrido, más bien la polarización económica es la causante de muchos desajustes en todos los órdenes: económicos, sociales, culturales y políticos.
Según el doctor en economía: Arturo Huerta (28 de junio), el que los bancos centrales aumenten la tasa de interés (en Estados Unidos y Canadá estaban en cero y subieron a más de dos y en México la más reciente elevación fue de .75, llegando a 7.75 por ciento en los préstamos), traerá un frenón a la actividad económica, crecerá el desempleo- México está en el 50 por ciento de informalidad y la mayoría gana cuatro mil pesos al mes-, reducirá la demanda y subirán los precios, como en los años setenta.
Comenta Arturo Huerta, el alza en las tasas de interés encarece el crédito, la deuda acumulada-algo que ignora Felipe Calderón, por eso dice que el actual gobierno tiene el mayor pago de intereses, sin haber pedido créditos, ¡oh, la ignorancia y la malevolencia de ese panista! – y reducirá el consumo, la inversión y la actividad económica, amén que desestabilizará el sector bancario.
Según el especialista, el PIB mexicano creció de 1950 a 1981 en 3.5 por ciento anual, pero al llegar el neoliberalismo, de 1982 al 2001, aumentamos sólo 0.66 por ciento cada año y en seguida, de 2001 a 2021, únicamente 0.34 por ciento.
Hay que cambiar la política económica, aumentar los impuestos al uno por ciento de la población (los multimillonarios) o tendremos otras décadas perdidas, algo que nos traerá dificultades sin fin.
Pero los medios de difusión continúan elogiando a financieros como Agustín Carstens, quien desprecia a los Estados y trata de imponer sus políticas financieristas, las cuales son consideradas “cucarachas” o “zombies”, según el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, y nefastas en grado extremo, al decir del gran economista Tomás Pikkety.
@jamelendez44