Oficial: Epidemia Covid-19 en México

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Ari García Padilla

 

Apenas el lunes 23 de marzo, el gobierno federal, por medio del Consejo de Salubridad General, emitió el reconocimiento de la epidemia de enfermedad por el virus SARS-CoV2 (Covid-19), en México, como una enfermedad grave de atención prioritaria, según lo publicado en el Diario Oficial de la Federación.

367 casos y cuatro muertes, dos en la Ciudad de México, una en Durango y otra en Jalisco, además de 826 sospechosos, son las cifras con las que se constató que México tiene una epidemia.

Lo curioso aquí, es la redacción y el contenido publicado en el decreto mencionado, sobre todo el fundamento utilizado que cita a la Ley General de Salud, el cual no va acorde a una situación de epidemia, los artículos citados son los siguientes: 3, fracción XV, 4, fracción II, 17, fracción IX, 134, fracción II y XIV, 140 y 141 de la Ley General de Salud.

En términos generales, para entender estos artículos, empezando por los tres primeros citados, hay que entender que versan sobre la definición en materia de salubridad general, las autoridades responsables y sus facultades, y la referencia constitucional al artículo 4° sobre el derecho a la salud.

Pero en lo referente a los artículos 134, 140 y 141, hablan de enfermedades transmisibles, de la función de la Secretaría de Salud y otras dependencias que no tienen relación con los riesgos sanitarios que estarán en colaboración para cooperar con el existente.

Sin embargo, en ningún momento se cita el capítulo referente a epidemias, como sí se hace en su desplegado, señalado en el único capítulo del Título Décimo de la Ley General de Salud, los artículos 181 al 184 son los que realmente deberían de ser el fundamento que se debería apreciar en el documento publicado este lunes.

Desde el aspecto jurídico, llama mucho la atención esta irregularidad en el documento, cuando cita de una manera el titulado, pero se fundamenta con otras razones. El artículo 181 es el que debería de resaltar en el documento por ser el que determina una epidemia y otorga la total facultad a la Secretaría de Salud y al presidente de la República a tomar las cartas sobre el asunto.

Lo que sí podemos apreciar en el documento publicado en el DOF y el comunicado de la OMS, es la relación sobre el actuar del gobierno federal, y es que éste aún no quiere, puede o debe emitir las medidas preventivas extremas que le corresponden a una epidemia como tal.

¿Qué implicarían estas medidas? Asuntos económicos que correrían por parte del presupuesto gubernamental, acciones como liberar el pago y consumo de los servicios telefónicos, de radio y televisión, transporte público, la solicitud de auxilio del sector privado para brindar servicios profesionales a fines a la epidemia, de carácter gratuito, y otras circunstancias que, dependiendo de la situación, la propia Secretaría y el Ejecutivo Federal pueden determinar.

Y no termina el cuento ahí, también están las medidas que la Federación deberá impulsar con posterioridad para recuperar lo perdido.

¿Qué razón podremos encontrar escondida de esta omisión? Evidentemente, es la negativa a aceptar que México esta entrando en una epidemia por combatir, como la que se vivió en el 2009 por el A H1N1, misma que colapsó brutalmente al país, social y económicamente hablando. Hoy, México no está en las mejores condiciones para soportar una situación similar o peor que la acontecida en aquel fin de década. Prepararse para contrarrestar el Covid-19, que ya ha sacudido a otros países, es el verdadero reto de quienes gobiernan a México y sus estados y de la sociedad en conjunto.

El avance obligatorio ha sido declarar a México en Fase 2, a raíz de que la OMS lo hizo públicamente. Ciertamente la presión internacional recayó en la administración federal y se tuvo que proceder a reconocer que se entra en la segunda fase, la de contagio comunitario, sin saber si el virus es importado o no.

A lo cual, estamos en tiempo de poder evitar la propagación de la epidemia nacional y pandemia global, con las medidas que se han dictado por parte de la Secretaría de Salud, la Jornada Nacional de Sana Distancia, los avisos preventivos del que hacer como medidas sanitarias permanentes, la suspensión de actividades no esenciales, el evitar el contacto masivo y la total protección a las personas adultas mayores, es lo que debemos conservar y continuar haciendo por el momento, a la expectativa de nuevas acciones gubernamentales, sobre todo las enfocadas al apoyo de la economía familiar durante la cuarentena, epidemia o pandemia, y las medidas de recuperación económicas cuando pase la contingencia, las formas de recuperar lo perdido e invertido para el resguardo domiciliario que está ocasionando este virus.

Chile, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, El Salvador, Bolivia, Uruguay, Brasil, Argentina, Alemania, Rusia, Italia, España, Canadá, son países que ya han determinado una cuarentena obligatoria, cierres de fronteras y suspensión de medidas recaudatorias e implementación de acciones económicas a corto plazo con posterioridad a la epidemia, mientras que México este sujeto a un santito.

No es tiempo de indagar para señalar culpas, es tiempo de tomar conciencia social y determinar la disminución de causalidades de contagió y tomar responsabilidad sobre nuestros actos, en lo que el gobierno encuentra las formulas precisas para combatir lo que es evidente, una pandemia.

Aquí no aplica el “no pasa nada”, y tampoco deberá aplicar el” te lo dije”.

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