Igual que México tiene a López-Gatell, subsecretario de Salud, que día con día se encarga de concientizar a la población sobre la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19), Paraguay tiene a Guillermo Sequera, quien a sus 40 años es director de Vigilancia de Salud del Ministerio de Salud Pública y hoy por hoy es uno de los personajes más escuchados en su país.
Recién leí una entrevista que le hace un medio de su país y me interpelaron sus reflexiones que ahora traigo a este espacio. “Ojalá no volvamos a la Normalidad, porque la normalidad siempre fue el problema”, señala Sequera, y dice con toda razón que “existe un individualismo que no tiene en cuenta a su propia especie y pensando ecológicamente, tampoco al planeta. Esa normalidad no puede seguir. Ahora es un virus, la próxima será el calentamiento global y luego pueden ser las inundaciones. Todo está vinculado. Pensemos en nuestra vida cotidiana, en el contrato social que hemos asumido, que mercantiliza todo. Incluida la salud que es equivalente a mercantilizar la vida, a poner precio a todo. Hoy todo está precarizado. Todo se compra y paga en función de la “mayor efectividad, mayor productividad”.
“Se reduce la vida a eso y por supuesto también la salud. Parte de eso es la privatización de éste último sector, pero no es solo eso. Para volver a la normalidad debemos de hacernos un llamado individual y poblacional, necesitamos un nuevo contrato social, que se piense y que vaya más allá de la reforma del sistema de salud”, agrega.
Sequera al igual que López Gatell, se muestra capacitado en sus área técnica y científica, pero, sobre todo, posee una gran sensibilidad social. A la incertidumbre generalizada de cuándo volveremos a la normalidad, Sequera problematiza la pregunta porque requiere de una respuesta mucho más compleja. Expresa también que esta crisis pandémica refuerza lo ambiguo del término “normalidad”, considerando la cantidad de malos hábitos que naturalizamos como sociedad y que nos ponen en riesgo constante.
“Quizás en dos o tres meses se acabe la incertidumbre y a partir de ahí entraremos a una fase que muchos querrán que sea como volver a lo mismo que antes, pero no va a ser así. A mí me cuesta creer que la gente quiera volver a la normalidad después de esto. Existen demasiadas cuestiones, desde el punto de vista individual y poblacional, que estaban naturalizadas y que ponían en riesgo nuestro ritmo vital. Creo que esta epidemia no acabará con la humanidad, pero es un aviso. Como humanidad somos frágiles, y esa ‘normalidad’ que llevábamos agudiza los riesgos. Por eso no podemos volver al mismo punto en el que estábamos antes de la pandemia”.
Tiene razón el doctor Sequera, tenemos que superar el individualismo instalado como eje de nuestra normalidad actual, centrado en el consumo, en el éxito individual, en la competencia Tiene razón cuando nos dice que no podemos volver al punto que generó toda esta crisis pandémica. Tiene razón cuando señala que sería un error pensar en una solución enfocada solo en el sistema de salud.
Si bien es necesario y urgente que la salud sea gratuita y universal, no es suficiente.
“No podemos estar expuestos a que una gripe nos liquide a un tercio de la población porque el sistema no está preparado o porque no se tiene dinero para la atención. Es hora del nuevo contrato social y de dejar de naturalizar un montón de injusticias”, puntualiza el especialista.
Las deficiencias de la salud pública son síntomas de un sistema de producción social que se organiza teniendo como eje el lucro. Es momento de tener nuevos paradigmas: si trabajamos y producimos para una vida digna no es necesaria tanta depredación.
Ojalá no volvamos a esa normalidad, porque esa normalidad siempre fue el problema.
@lupitaramosp