Por Jorge Meléndez Preciado
17 de febrero de 2022.- Nunca como ahora, han estado en riesgo los periodistas, ¡los verdaderos periodistas!
Nuestro oficio es desatendido por el gobierno, menospreciado por los dueños de la gran mayoría de los medios que son empresarios más que proveedores de información y, desgraciadamente, el público ha sido engañado por los opinadores, que son los más visibles, los que ganan más.
El martes 15, incluso, un tabloide exhibe a varios personajes que están en la difusión de noticias, señalando que mientras más los vean o lean, obtienen mayores recursos. De los presentados sólo uno merece mi respeto, los otros no hacen investigación de los asuntos que difunden.
Decía bien Kapuscinski que este oficio no es para los cínicos. Pero también que cuando hacía una cobertura informativa se hospedaba en hoteles baratos, comía donde la gente acudía en masa y se transportaba en colectivos.
Nada mejor para conocer lo que ocurre en un país que desde abajo. Por lo tanto hay que desconfiar de los “periodistas” en casa o departamento lujoso, donde viven los muy elegantes y bien relacionados con el poder.
Todo esto viene a cuento por la gran controversia que suscitó la presentación, mal hecha, de los ingresos de Carlos Loret de Mola por parte del Presidente: Andrés Manuel López Obrador. Lo que me pareció incorrecto, por decir lo menos.
Pero la respuesta de los patrocinadores del señor Loret, convertido junto con Brozo en carperos (de segunda), como anota bien Jorge Zepeda Patterson (Milenio, 15 de febrero), en su mensaje en redes de #TodosSomosLoret, independientemente del gran número de seguidores que tuvo, es una ofensa a los compañeros asesinados desde hace décadas- la inmensa mayoría de homicidios no se han aclarado- y algunos resueltos jamás han tocado a los autores intelectuales de los crímenes.
Recientemente, el 14 de febrero, hubo un nuevo reclamo de compañeros ante la secretaría de Gobernación, en los que se exigió que se aclaren los cinco de este año: Roberto Toledo, José Luis Gamboa, Margarito Martínez Espejel, Lourdes Maldonado y Heber López.
Aparentemente en los dos últimos casos, en uno (el de Lourdes) ya hay tres detenidos, y en el otro (Heber López) la pesquisa va avanzada. ¿Sería mucho pedir que un comité de periodistas verificara con la autoridad si en realidad las informaciones oficiales son correctas?
Decimos esto, ya que después del asesinato de Manuel Buendía las autoridades de entonces aceptaron un llamado Comité de Pares; o sea, reporteros que también averiguábamos quién había ultimado al entonces columnista más importante del país.
Antes, la Unión de Periodistas Democráticos (UPD) hizo, en 1988, una manifestación a Gobernación, después de muchos actos, reclamos y citas con las autoridades. El entonces secretario (Manuel Bartlett), debido a sus prisas para todo, nos despachó antes de cinco minutos para conocer nuestras peticiones reiteradas hasta el cansancio.
Otra movilización, ésta más nutrida e importante, fue organizada por las Periodistas de a Pie, en noviembre de 2010, cuando era frecuentes los ataques contra los informadores.
El 25 de enero pasado, no obstante la pandemia, hubo una más en Gobernación y en 65 ciudades de la República.
El 14 de febrero, insistimos, se congregaron, una vez más, cientos de compañeros en la puerta trasera de Bucareli para reiterar en su petición de respeto a los que buscan y obtienen la información, no obstante que sus salarios han descendido muchísimo porque los dueños han castigado su paga, no cuentan con lo mínimo para su desempeño (en muchos ni cubrebocas les proporcionan, ya no digamos Seguro Social e Infonavit).
En el acto en la Ciudad de México- hubo también protestas de compañeros en 18 ciudades- habló Griselda Triana, esposa de Javier Valdez, El Culichi, asesinado el 15 de mayo de 2017, y cuyos autores intelectuales del homicidio no sabemos aún quiénes son.
Ella recordó las palabras del valiente compañero: “Ante la muerte de periodistas, nada de lutos ni silencios. Sigamos haciendo periodismo encabronados y dolidos, con huevos para que no nos ganen los malos ni el olvido”.
Tiene profunda razón, Javier: Aquí estamos y no cejaremos.
Por cierto, el colectivo de jóvenes informadores: Tenemos que hablar, propuso una Asamblea Nacional de Periodistas en fecha próxima.
Mientras Loret y Brozo recibían órdenes de Bernardo Gómez para hacer montajes y no periodismo (Laura Barranco, dixit), otros se jugaban el pellejo sin estridencias.
Brozo difundía los videos contra René Bejarano, Carlos Imaz y otros cercanos a López Obrador.
Loret hacía la simulación, a las órdenes de Genaro García Luna, en el asunto del rancho: Las Chinitas, para aprehender con lujo de violencia y torturas a Florence Cassez e Israel Vallarta, éste todavía en prisión absurdamente.
#TodosSomosLoret es una bofetada al periodismo mexicano. No es posible que en dicho personaje (con departamento en Miami, cercano a García Luna y con disposición de aceptar agachonamente lo que le ordenan sus jefes) sea ejemplo de un gremio que ha defendido las verdaderas causas populares.
Recordemos como periodismo libre y a favor de las causas populares, la manta de la Asociación Mexicana de Periodistas (AMP), encabezada por Renato Leduc, apoyando a los estudiantes en 1968.
Cada quien sus causas. No hay que confundirse.
@jamelendez44