Pese a nulo crecimiento, México tiene buenas oportunidades: Ignacio Román Morales

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Guadalajara, Jalisco.-A pesar del crecimiento nulo en el producto interno bruto (PIB) al cierre del segundo trimestre de 2019 dado a conocer ayer viernes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México tiene oportunidades para afrontar la situación.

Ignacio Román Morales, economista y profesor investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), detecta cuatro áreas de oportunidad. Una de ellas es el fortalecimiento del mercado interno a través del sector agrícola; mirar menos a las exportaciones, es decir, “reconvertirlo para satisfacer las necesidades locales”.

Asegura que no hay respuestas absolutas, sin embargo, el gobierno de México debe buscar mayor autonomía en la producción de frijol, maíz, arroz, leche, entre otros productos básicos, “eso es lo que hacen las grandes potencias”, apunta.

A la par, aprovechar los destinos de la buena racha que tiene hoy en día el sector de los servicios ambientales.

En tercer lugar, “si la estrategia del gobierno federal es real en el tema antimonopolios, eso indica una posibilidad fuerte en términos de mejora para las micro y pequeñas empresas”.

En cuarto lugar, “una gran oportunidad se encuentra en  diversificar mercados”, con estrategias claras e inteligentes. No es un buen momento de hacer acuerdos con una América Latina con problemas económicos, o con China, por la rivalidad que hay con Estados Unidos, advierte.

 

¿Vamos bien o vamos mal?

 

El nulo crecimiento del PIB durante el segundo trimestre del año dado a conocer por el INEGI el viernes 23 de agosto, no significa “una gran diferencia en cuanto al funcionamiento actual y lo que ha estado ocurriendo en México en los último años”, señala Román Morales.

“Hablar de un crecimiento promedio bajo a lo largo de décadas de un 2 por ciento, y hablar de una caída de 1 por ciento, y hablar ahorita de estancamiento, realmente no se genera un cambio de fondo”, explica.

Dice que México sostenía su crecimiento básicamente en dos sectores que generan pocos empleos formales, “y que se llevan una gran parte del pastel económico, me refiero al financiero y al de telecomunicaciones”.

–Entonces, ¿vamos bien o vamos mal?

–Depende de qué estamos hablando.

Con datos del mismo INEGI, cita algunos ejemplos en rubros que han tenido un crecimiento: el sector agrícola tuvo un incremento de 3.4 por ciento en comparación con el reportado en el primer semestre de 2018, que fue de 2.4 por ciento, “entonces no vamos mal”, precisa.

En servicios ambientales, como el apoyo a negocios y manejos de residuos, hay un crecimiento de 6 por ciento contra el 5.1 por ciento del año pasado.

“Sin embargo, en otra serie de sectores, efectivamente estamos muy mal”. El sector petrolero está decreciendo enormemente, “que es una inercia que tenemos cuando menos desde el 2015, tiene una caída de 9.8 por ciento; la minería y la construcción también están enormemente afectados”.

El sector de medios masivos había crecido en 2018 a un 6 por ciento y hoy tiene una caída de 2.5 por ciento.

“En otras palabras, en el PIB tenemos una combinación  muy marcada entre sectores que les va significativamente mejor que el año pasado y sectores que se han derrumbado con respecto a 2018”, indica el académico.

 

Corto y mediano plazos

 

Román Morales advierte que en el corto plazo no habrá un cambio mayor. De continuar una tendencia negativa del PIB durante el segundo semestre del año en curso, en el mediano plazo “sí tendríamos problemas fuertes, porque una reducción en el crecimiento también llevaría a una reducción en la actividad de las empresas; y a su vez una reducción en el consumo, da lugar a menos captación de recursos en el sector público, menor pago de impuestos y por lo tanto menos dinero para todo el mundo”.

Cuando hay una caída en la producción, hay una caída en el empleo formal y no hay crecimiento económico, pero “lo que hemos estado ubicando en términos generales es que sí hay poca generación de empleos, y sin embargo no hay decrecimiento en la capacidad de compra, eso se observa en el comercio al por menor”.

Los factores que influyen para ello son el aumento al salario mínimo y que hay una pequeña tendencia de repunte del poder adquisitivo, y en segundo término la obtención de ingresos no laborables, por ejemplo. “Y de manera muy importante todo lo que son los subsidios públicos a estudiantes, al programa de jóvenes construyendo el futuro, a los adultos mayores, a la población indígena, a la población con discapacidad, etcétera, y por otro lado, las remesas. Sí  hay un efecto, pero no de derrumbe en el poder adquisitivo”, sostiene.

El especialista agrega que México debe tener cuidado con el contexto internacional, “ese sí es grave”. Hace referencia a la caída en la producción en Alemania, el conflicto político y expectativas recesivas en Italia, los enormes problemas en Brasil y la reducción en la tasa de crecimiento de China.

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