La sociedad lo siente y critica: el caso Teuchitlán está politizado. Y viene de lo más alto, del centro del país. Ayer, el cardenal, J. Francisco Robles, afirmó: “El interés se deja ver que es político. Defender a gobiernos en que pueden estar implicados municipios, estados y federación. Encubrirlos para que no haya vía de evidenciar responsabilidad de autoridades. (Piensan) que el acontecimiento, por doloroso que sea, no les vaya a perjudicar para seguir en el poder, sea el partido que sea. Defienden el poder por el poder, no la justicia”. Y la hebra se reventó por lo delgado: atrapan a expolicía de Tala. ¿Será culpable, punta de la madeja o “chivo expiatorio” para salvar a los de muy arriba? Así, entre políticos y crimen organizado, quedan indefensas las buscadoras. ¿Por qué esa saña contra ellas?.