Gran debate ha generado la caída del precio de la gasolina en México, ya que durante el mes de marzo el costo del combustible ha mostrado una disminución importante. Los primeros días del el precio de la gasolina magna rondaba los 19.60 pesos por litro, pero a partir de la segunda quincena empezó a descender, para que hasta el 24 de marzo, según Petro Intelligence, el precio promedio ya había descendido a 16.10 pesos por litro. Esto es un hecho que nunca se había presentado en México, el precio de las gasolinas ha mostrado una tendencia siempre ascendente; la gráfica mostrada abajo relaciona el precio internacional del petróleo y el precio interno de la gasolina magna.
Durante el periodo de gobierno de Ernesto Zedillo el precio del petróleo tuvo caídas de 1996 a 1998, pero el precio de la gasolina continuó creciendo. En esos años el monopolio de la producción y distribución del combustible lo tenía Pemex. Durante los sexenios panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón el precio del petróleo tuvo un crecimiento impresionante, pasó de 27.6 dólares en el año 2000 a 109.5 dólares por barril en 2012, un incremento de 296.7%, y aunque durante los años de 2007 a 2009 el precio promedio bajó, el precio de la gasolina nunca dejó de crecer.
Durante el gobierno de Peña Nietoel precio del petróleo bajó de 105.9 en el año 2013 a 69.8 dólares en el año 2018. Aún así el precio de la gasolina se incrementó 57%. Finalmente, el precio del petróleo tuvo una brusca caída en este año, pasó de 63.9 dólares promedio en 2019 a 24.7 hasta el 24 de marzo, por fin la gasolina tuvo una caída de 17.4% ¿Por qué ocurrió este fenómeno, inédito en México?
El debate se centra en que los detractores de López Obrador argumentan que nada tuvo que ver el presidente en la disminución de los precios porque únicamente se debió a la disminución de los precios del petróleo, ya que tanto el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) no ha tenido cambios, ni el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), ni el margen (que incluye la ganancia de los gasolineros) ni los costos de transporte. Por el contrario, los defensores de AMLO dicen que sí tuvo que ver el presidente, porque ahora sí están sincronizados los precios del petróleo y la gasolina.
México es un importador neto de gasolina, los gobiernos, de Fox hasta Peña Nieto, abandonaron las seis refinerías donde se produce gasolina. Hubo un objetivo, nunca reconocido, que buscaba la quiebra de Pemex, por ello las importaciones de gasolinas creciera mucho, para el año 2018: 78% de la gasolina que se consumía e México era importada. Por tanto, sí hay responsables de que México sea ahora dependiente de gasolina importada. Los responsables fueron los gobiernos panistas de Fox, Calderón y el priista de Peña Nieto. Esa parte de la historia de México no debe olvidarse.
Por otra parte, la Reforma Energética impulsada por Peña Nieto y avalada, otra vez, por el PAN y el PRI a través del Pacto por México, contemplaba la liberación de los precios de las gasolinas, es decir, que los precios fueran regulados por el mercado. La liberación de precios se planeaba para 2016, pero se atrasó y se aprobó hasta noviembre de 2017 ¿Por qué no se liberaron los precios durante 2017?, porque ante el aumento del petróleo durante 2017, Peña Nieto vio la oportunidad de aumentar el precio de la gasolina en más de 20% en enero de 2017. Este “gasolinazo”, recordemos, generó fuertes movilizaciones en contra de Peña Nieto, y a la postre fue un factor que influyó en la debacle del PRI en la elección presidencial de 2018.
Recordemos el “qué hubieran hecho ustedes”, frase que pronunció en un discurso a la nación el 6 de enero de 2017 y en donde justificó que tomó la “difícil” decisión de subir en hasta un 20% el costo local de la gasolina porque habría tenido que recortar el gasto público si optaba por mantener un “precio ficticio” de este combustible. En otras palabras, Peña Nieto, buscó compensar la disminución de los ingresos petroleros de México con un aumento de la recaudación a través del IEPS. Durante este año, la recaudación del IEPS pasó de 220 mil millones de pesos a 285 en 2017.
El IEPS es un impuesto que el gobierno ha usado como colchón, cuando el precio del petróleo sube, el gobierno aumentaba el subsidio para que el precio de la gasolina no aumentara. Este subsidio podía hacerlo porque también aumentaban los ingresos petroleros, y cuando bajaba, disminuía el subsidio. Ahora en este año 2020, el precio de la gasolina incluye 4. 95 pesos por cada litro que pagamos. Por tanto, la disminución del petróleo de marzo de este año está ya aplicando la liberación de precios y el gobierno está disminuyendo el subsidio.
Sin embargo, sí hay una diferencia respecto a otros años, ya que ahora fue muy fuerte la caída del precio del petróleo, tanto que al gobierno de AMLO le alcanzó para disminuir el precio de la gasolina y además le permite aumentar la recaudación vía el IEPS. Recordemos que más del 90% de la gasolina que se vende en México, tanto en las gasolineras con franquicia de Pemex como de las decenas de marcas privadas, venden gasolina que importa la paraestatal. Ahora se entrega gasolina más barata a las estaciones de servicio.
El gobierno de AMLO pudo aprovechar, como seguro lo hubieran hecho gobiernos de Meade o Anaya, para aumentar aún más la recaudación para continuar financiando el gasto del gobierno.
Por tanto, es absurdo pensar que el gobierno no tiene ningún tipo de influencia en la determinación del precio de la gasolina, tuvo injerencia para aumentarlo en tiempo de disminución del precio del petróleo y tuvo injerencia para disminuirlo en tiempo en que el precio del petróleo bajan sus precios. Un precio tan importante como el de las gasolinas no puede quedar fuera de la intervención del gobierno federal.
El tipo de cambio peso/dólar juegan en sentido contrario, mientras que la caída del petróleo baja la gasolina, la depreciación del peso tiende a aumentarla. Por supuesto que la guerra de precios entre Rusia y Arabia no es eterna, los precios del petróleo volverán a subir en el futuro inmediato, y los precios de la gasolina volverán a aumentar, veremos cuál es la política del gobierno de AMLO.
Por el momento, el hecho incontestable es que la actuación del gobierno fue diferente a los anteriores, ahora sí se reflejó un beneficio ( temporal mientras los precios vuelvan a subir) para los automovilistas de México.