Por omisión del IMSS, pierde riñón trasplantado

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Guadalajara, Jalisco.- Ante la falta de atención en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Carlos perdió el riñón que una asociación civil le había conseguido y cuyo trasplante destinó más de 500 mil pesos

Mediante una denuncia ciudadana, el afectado explicó a este medio de comunicación que hace más de un año y medio consiguió la operación que durante una década le fue negada en el IMSS. No obstante, hace 20 días recibió la noticia de que su riñón trasplantado estaba teniendo fallas, situación que presume pudo deberse a la calidad del medicamento postoperatorio, aunque reconoce que “para comprobar esto y acusar al laboratorio implica mucho trámite”

En este tenor, su opción fue acudir nuevamente a la institución que durante 10 años no hizo nada por él. En específico a la clínica 45 del Seguro Social.

Explicó que el procedimiento para salvar su riñón fue solicitada “en tiempo y forma” al IMSS, donde la atención al nuevo coronavirus ha colapsado el sistema, en detrimento de pacientes con otras enfermedades.

Pese a la necesidad del tratamiento requerido, Carlos únicamente consiguió ser derivado a un centro médico, donde la cita más próxima era el 20 de mayo. Tampoco logró por su medios, tras haber destinado más medio millón de pesos a su trasplante, la atención por la vía externa.

Lo anterior “a pesar de la indicación de iniciar con un tratamiento urgente para la recuperación de su injerto, por parte del médico que le trasplantó, y un hemodiálisis cada 10 días, ya que por ser paciente de primera vez debía entrar a una lista de espera. Buscamos lo subrogaran a una clínica particular, pero dijeron (en el IMSS) que no se estaban haciendo subrogaciones”, explicó por su parte la hermana de Carlos, de quien se reserva el nombre, a este medio de comunicación.

En medio de la negligencia, un médico privado notificó a Carlos la semana pasada que su riñón ya era inservible, ya que la atención necesaria para salvarlo no se había realizado en tiempo y forma.

“Entonces regresamos a hemodiálisis, sin riñón, sin probabilidad de atención, con una lista de espera infinita para un injerto nuevo y sin un peso para costear un segundo trasplante”, abundó su hermana.

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