Pasaron ya 30 años del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ejecutado por sicarios del narco en el Aeropuerto de Guadalajara, según la versión oficial, en medio de una confusión. Ese fue apenas el inicio de una serie de homicidios que los expertos en criminología considerar asesinatos sin resolución o hasta crímenes de estado. Primero cayó el cardenal, luego mataron a Luis Donaldo Colosio en Tijuana. A esa lista se han sumado decenas de funcionarios locales un exgobernador de Colima y Jorge Aristóteles Sandoval, exgobernador de Jalisco. En ninguno de esos casos se conoció al asesino intelectual. Por desgracia de ese tamaño es la justicia en México.