Primero el negocio y luego lo deportivo

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Por Raúl de la Cruz

El 11 de junio de 1978 México había sido eliminado del Mundial de Argentina con tres derrotas en la primera fase. 3-1 ante Túnez; 6-0 contra Alemania y 3-1 con Polonia. Doce goles en contra con tan sólo dos tantos a su favor; ese equipo fue dirigido por José Antonio Roca entonces uno de los directores técnicos de más “prestigio” en el futbol mexicano.

Desde aquel entonces los dueños del balón eran los dueños de la televisora y a través de sus empleados, narradores y analistas habían creado expectativas superlativas sobre la actuación del Tricolor. Tras el fracaso renunció a la presidencia de la federación el Ing. Juan de Dios de la Torre.

Entró en su lugar Guillermo Aguilar Álvarez quien a la postre se convirtió en el dueño absoluto de la selección nacional. Es partir de ahí comienzan aparecer los representantes y los promotores del futbol quienes se convirtieron en asesores de los directivos, entrenadores y jugadores y hasta de periodistas. Históricamente comienza la comercialización del futbol en todas sus expresiones. En consecuencia, aparecieron, los estímulos económicos en todos los órdenes. Todo lo anterior se generó por el rotundo fracaso de la selección en Argentina 1978. Y como dijera mi compadre Casama “de ahí pal real”.

A partir de ese tiempo “El futbol mexicano tiene un problema estructural en el cual se privilegia el negocio por encima del deporte, afirmó el escritor Juan Villoro, quien presentó “No fue penal: Una jugada en dos tiempos”. Prácticamente fue lo mismo que se mencionó luego del fracaso de la selección en Qatar 2022. Después de 1978 se mencionó, como ahora, de una restructuración radical en todos los órdenes del futbol mexicano; que se iban a fortalecer las fuerzas básicas de todos los equipos en todas sus categorías; que se iban a renovar y profesionalizar las administraciones, etc.

Sin embargo, a raíz de ese fracaso comienzan aparecer los promotores y representantes quienes se convierten en los asesores de directivos, entrenadores, jugadores y comunicadores; ellos iniciaron la comercialización del futbol porque generalmente son los responsables de conseguir los patrocinios; también fueron los responsables de conseguir los torneos internacionales para los equipos mexicanos. Recuerdo que su participación en la Copa Libertadores costó un Rolex para cada uno de los miembros del Comité Ejecutivo de la Conmebol.

Nadie me lo platicó porque estuve presente cuando el promotor en turno los compró en Los Ángeles. Por consecuencia y por el poder que adquirieron, los promotores ponen y quitan entrenadores en prácticamente todos los equipos. Obvio, son los responsables de las contrataciones de los jugadores. Con la selección nacional no puede ser la excepción. Planifican giras, torneos y encuentros amistosos. En este sentido juega un papel fundamental la televisión abierta y restringida.

Es la responsable de generar las expectativas, no les parece sospechosa la defensa a ultranza del Tata Martino en las pantallas chicas. Al tiempo no les extrañe ver como “analista” al ex técnico nacional en alguna de ellas.

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