¿Qué hacemos con los expresidentes de México?

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Debate Abierto

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El activismo que están mostrando algunos expresidentes de México, en especial Vicente Fox y Felipe Calderón, deja muy claro que ya quedó muy atrás la regla no escrita que dictaba el alejamiento de la vida pública de los exmandatarios, tal como ocurrió durante el régimen que detentó el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Era una regla no escrita que dictaba que los presidentes, una vez dejado el cargo, deberían retirarse de la vida pública y manejarse con un bajo perfil, sin cuestionar, criticar, al menos de forma pública, al presidente en funciones. Son seis los expresidentes de México que aún viven: Luis Echeverría, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Esta regla no escrita la siguieron, algunos más, algunos menos, todos los expresidentes emanados del PRI durante buena parte del siglo XX, tendencia que se rompió en el año 2000 con el triunfo de Vicente Fox (2000-2006), quien desde que concluyó su gobierno no ha dejado de estar presente en los medios de comunicación.

El arribo de un nuevo partido al poder fue justamente el punto de inflexión que dejó obsoletas las razones que mantenían a los expresidentes callados, el presidencialismo durante el régimen del PRI obligaba a los retirados a guardar respeto de la gestión del presidente en turno, y a no intervenir en los asuntos públicos; una razón fue porque siempre había el temor de que su sucesor sacara a luz algún hecho de corrupción, tal como ocurrió, por ejemplo, con Zedillo, quien acusó al hermano de Carlos Salina (Raúl Salinas) de asesinar a José Francisco Ruiz Massieu, o a Miguel de la Madrid, quien en la parte final de su vida acusó públicamente a Salinas de haberse robado la famosa partida secreta. Estos fueron escándalos públicos de aquellos años.

Sin embargo, nunca se había visto el activismo que están mostrando Vicente  Fox y Felipe calderón. Aún antes de concluir su gobierno, Fox mantuvo una fuerte oposición a la candidatura de López Obrador, y hasta antes de las elecciones de 2006 elevó sustancialmente los gastos en publicidad para posicionar los supuestos logros de su gobierno, y aprovechaba cualquier evento público para, desde su posición como presidente, atacar la candidatura de López Obrador. Además, hizo alianza con los grupos empresariales más poderosos para descarrilar la candidatura de López Obrador y apoyar con recursos la candidatura de Calderón.

Cuando terminó su gestión, a fines de 2006, Fox nunca dejó su activismo; en el PAN no existía esa línea partidaria que imponía respetar al presidente en turno, por tanto Fox estuvo presente en cualquier entrevista que se le solicitara dentro o fuera del país. Es muy recordada la entrevista con Rubén Luengas, en octubre de 2007, cuando abandonó la entrevista molesto por las preguntas sobre la riqueza que había acumulado y que eran evidentes en su rancho de San Cristobal, Guanajuato.

En la elección de 2012 volvió a intervenir en el proceso electoral, esta vez apoyando al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, situación que lo llevó a ser expulsado del PAN a principios de 2013.

El gobierno de Fox fue un fracaso en términos de la alternancia política que prometió, tanto la política económica, como en la política, su gobierno significó un continuismo en relación con los gobiernos del PRI.

Fox gozó de extraordinarios precios del petróleo, en 2001 eran alrededor de 20 dólares el barril, en 2006 rondaba los 120 dólares; sin embargo esos recursos excedentes los utilizó para expandir la burocracia: el gasto corriente pasó de 22% como proporción del PIB a 29% al final de su gobierno. Fox tomó la mala decisión de condonar el pago de impuestos a Citigroup cuando compró Banamex en 2001, por un monto de 34 mil millones de pesos. Al final la afluencia de divisas petroleras no tuvo un gran efecto en el crecimiento de la economía pues el PIB apenas creció 2.3%,en promedio, durante su gobierno.

Felipe Calderón, por su parte tomó la mala decisión de iniciar la guerra contra los grupos del narco, sin realizar un diagnóstico y sin un plan de cómo, dónde y para qué iniciar esa guerra. El fracaso de la política antinarco de Calderón se resume en que los grupos del narco se multiplicaron, aumentó el consumo y tráfico de drogas, por efecto de la política de desmantelamiento de grupos del narco, se crearon y multiplicaron otros delitos, tal como el secuestro, la extorsión, la explotación y tráfico de personas pero sobre todo, el aumento exponencial de la violencia.

Con Calderón la economía gozó de buen ritmo de crecimiento durante la expansión mundial de 2006 a 2008, pero luego vino la debacle en 2009 con la crisis bancaria e inmobiliaria de Estados Unidos, al final la economía creció en promedio de 2006 a 2012, 1.6% del PIB. Fue tan mala su gestión que provocó el regreso del PRI a la presidencia de la república en 2012, dando paso al gobierno de Peña Nieto.

Este último gobierno pasará a la historia como uno de los más corruptos de la historia de México. Mientras que Peña Nieto, como expresidente, sigue mostrando la misma frivolidad que mostró como presidente de México, ahora se muestra luciendo a su nueva pareja y con su actitud muestra que no le preocupan, ni haber perdido la pensión presidencia, ni las acusaciones de corrupción de sus excolaboradores. Tal parece que tiene asegurado un futuro estable, feliz y alejado de cualquier escándalo judicial.

Ahora, Vicente Fox regresa al PAN, del que ya había sido expulsado, los panistas olvidan el agravio de que Fox le haya dado la espalda al PAN, cuando éste apoyó la candidatura del PAN y no de la panista Josefina Vázquez Mota en la elección de 2012; mientras que Felipe Calderón anda muy activo creando un nuevo partido político.

Ambos han asumido una postura muy crítica del gobierno actual de López Obrador, situación que les ha traído un cúmulo de críticas puesto que critican lo que no hicieron durante su gobierno.

En la elección próxima de 2021 es muy probable que la ciudadanía los ponga a los dos en su lugar, a Calderón porque tal vez ni siquiera pueda crear su partido político, y a Fox porque va a ser un lastre que impida que el PAN retome el rumbo y gane posiciones en esa elección intermedia.

Mientras tanto, ahora gozan de toda la libertad de decir y hacer lo que quieran en su vida pública; ahora ya no gozan de la pensión presidencial, ni de la seguridad y privilegios que tuvieron durante el sexenio de Peña Nieto…quizá esa sea la razón de su enojo con al actual gobierno.

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