Relatos de una elección interna: PRI Jalisco

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Ari García Padilla*

 

El pasado domingo 11 de agosto se vivió la elección interna para la renovación de la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI); aquel fuera amo y dueño de todos los poderes en la mayoría de los rincones de México,en el que muchos actores políticos iniciaron sus carreras, sirviéndoles de impulso y de aprendizaje, hoy es una institución lastimada por la participación democrática e inclusive por su propia militancia.

Contendieron tres fórmulas: una fue la de Alejandro “Alito” Moreno y Carolina Viggiano, otra la de Ivonne Ortega y José Encarnación, y la tercera la de Lorena Piñón y Daniel Santos (las candidaturas en su orden de dirigente nacional y secretario general correspondiente).

Como un proceso electoral para elegir a los ocupantes de los poderes de la Unión, se llevó a cabo la elección de la dirigencia del CEN PRI; dos debates se desarrollaron,  siendo los puntos medulares la corrupción y la militancia, el primer tema objeto de acusaciones y descalificaciones, y el segundo con el llamado a la unidad y lo que se conoce como “operación cicatriz” entre los militantes.

La tendencia se apreciaba inclinada a la formula encabezada por Alito con el eje de combatir la corrupción interna y forjar la unidad institucional, con una Ivonne que proponía el fortalecimiento y la durabilidad de los sectores y organizaciones adherentes al instituto bajo la decisión y voluntad de la militancia, y una Lorena que buscaba acciones más contundentes en las que pretendía limpiar la “casa” de militantes “traidores” y erradicar el famoso “dedazo”, así como evitar acercamientos con la oposición y el propio gobierno federal.

Estas fueron sus propuestas generales que manejaron durante su espacio para proponerlas, sin embargo, en los discursos y debates todo sonaba apetitoso para la militancia y con ideas claras, lo que aparentemente sucedió el día de la jornada, fue contrario a lo que propusieron.

Partidero recibió múltiples denuncias de quienes participaron en este proceso de renovación partidista en el estado jalisciense, las cuales compartimos en este artículo, testimoniales y relatos que a su expresar, se vivieron en aquel domingo de fiesta roja.

El relato inicia con una inconformidad desde el interior del estado, acusando sobre una elección amañada por filiales a la formula encabezada por Alito en complicidad con exintegrantes de la administración pública estatal anterior, es decir, la que encabezó el exgobernador Jorge Aristóteles Sandoval (2012-2018) y de miembros del Comité Estatal Jalisco.

Las quejas van desde la coerción a militantes para que ejercieran su voto en favor de la línea política que llevaba la ventaja, bajo el argumento de que al hacer lo contrario sus carreras políticas se verían estancadas y difícilmente sería impulsados para el proceso electoral próximo, en 2021.

Los quejosos, quienes forman parte del grupo de la fórmula encabezada por Ivonne Ortega, admiten que existía una ventaja del 2 a 1 en votación por la fórmula de Alito, sin embargo, los resultados vistos manejan números más fuertes que esa cifra.

Los testimoniales, dicen, son muchos, de haber encontrado irregularidades durante el proceso de elección, desde lo ya dicho de amedrentar al militante, como de urnas infladas, bajo un denominador común que identifican en el interior del estado, el número de votantes es más grande al que realmente votó, es decir, votos que ni ellos se imaginaban obtener para ningún candidato.

La ubicación de las casillas, dicen, fue otro factor importante, algunas no se sabía su real ubicación y sin embargo el número de votos recibidos. A pesar de todo, exigen una sola cosa: al ver la derrota de su fórmula política, piden unidad.

Reconociendo la derrota, y buscando la unidad, los derrotados no accionarán legalmente por las presuntas irregularidades, sino que preponderan la unión entre las líneas internas para lograr rescatar al partido de los malos resultados electorales y de la credibilidad social que perdieron por las marrullerías de Aristóteles Sandoval y sus principales exfuncionarios, así como del presidente y los miembros del Comité Estatal.

Este espacio hoy fue objeto de escuchar la perspectiva partidista, no limitándose a la apertura para las diversas opiniones y puntos de vistas restantes. Aunque mucho tememos que la democracia y la honestidad fueron testigos ajenos a dicho proceso.

 

*Opinión de Ari García Padilla albergada en la columna Elemental de Andrés Gómez.

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