La Escamocha

Por José Díaz

Es el ritmo incesante en la oficina del Ministerio Público de Atención Temprana, específicamente en la Unidad Especializada en Robo de Vehículos. Así se describe la recepción diaria de denuncias que no cesa: robos en la vía pública, domicilios, negocios, vehículos, asaltos de todo tipo, y los siempre frecuentes fraudes. Algunos de estos, como ya sabemos, son masivos y de alcance nacional, con Guadalajara como epicentro.

“Su identificación, póngase su gafete, ya hizo la fila, siéntese allá, más rapidito”, es el “amable” trato del personal, en contraste con los denunciantes: atribulados, desmañanados, obedeciendo mecánicamente. Una vez sentados, mientras esperan su turno para comparecer, sus miradas se pierden en algún punto remoto de la oficina.

Entre los que regresaron a la metrópoli tras las vacaciones están las víctimas del vaciamiento de casas. No hay espacio donde esperar: todo está lleno. Un denunciante se pregunta, ¿dónde demonios esconden tantos autos robados? El promedio, efectivamente, es de más de 50 vehículos robados al día, y son muy pocos los que se recuperan. La oficina no deja de recibir denuncias.