Hoy podría ser el último día del “obradorato”. Pero hay indicios contrarios. AMLO no dejó a Claudia ni a sol ni a sombra los fines de semana: la paseó a su antojo por el país; hasta en la caliente Sinaloa, siendo “bienvenidos” con una camioneta cargada de cadáveres de la guerra entre el cártel, ¿en respuesta a los abrazos?. No tuvo sosiego para reflexionar ni para conocer al equipo que le armó y no se sabe si ya pudo hacer su discurso y, sabedora de la arena que pisa, afirmó que aquél, “es el mejor presidente que ha tenido México”. El mismo que niega ser “jefe máximo, caudillo o cacique” y se niega a irse a su rancho. Se quedará enfrente, ¡como Calles!.