Secretaría de Comunicaciones explica que provocó los movimientos de vuelos de carga

Las autoridades mexicanas reaccionaron al comunicado emitido por el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT), a partir de ahora, las aerolíneas mexicanas deberán presentar sus itinerarios de vuelo ante dicha dependencia. Asimismo, cualquier vuelo chárter de aeronaves grandes, ya sean de pasajeros o carga, que tenga origen o destino en territorio estadounidense, deberá contar con la autorización previa del DOT, lo que podría generar retrasos en los vuelos.

El origen del conflicto, según las autoridades estadounidenses, se remonta a 2022, cuando el gobierno mexicano ordenó a las aerolíneas de carga reubicar sus operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), situado en el Estado de México, a casi 50 kilómetros de distancia.

En respuesta, el gobierno de México, a través de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), informó que esta medida forma parte de una estrategia para fortalecer el sistema aeroportuario del centro del país, implementando acciones destinadas a mejorar la seguridad, eficiencia y competitividad del sector.

Respecto a la disminución de operaciones en el AICM, la SICT detalló que esto permitió reducir en un 22% el tiempo de ocupación en pista, gracias a una mejor gestión del espacio aéreo. Además, se han invertido 8 mil millones de pesos en la rehabilitación y mantenimiento de pistas, calles de rodaje y terminales. En cuanto al traslado de carga al AIFA, se mejoraron las condiciones operativas y la seguridad aeronáutica, solucionando problemas derivados de la saturación del AICM. Entre febrero de 2023 y julio de 2025, el número de aerolíneas de carga operando en el AIFA pasó de 18 a 47, y el volumen transportado aumentó a más de 843 mil toneladas, comparado con las 250 mil anuales que manejaba el AICM en 2022.

La SICT aseguró que continuará trabajando de manera coordinada con aerolíneas, autoridades extranjeras y organismos internacionales para garantizar que las decisiones tomadas se traduzcan en beneficios concretos para los pasajeros.