Socialismo y humanismo

cuba-socialismo-humanismo-capitalismo-partidero-hostal-jesús morales tolama

Jesús Morales Tolama                             socialismo

 

No es difícil saber por lo que pasa por las mentes de los aplaudidores del capitalismo. Lo difícil que debe ser aceptar que el poderío económico es derrotado por un minúsculo virus.   socialismo

Mientras las grandes potencias se han dedicado a fabricar el armamento más sofisticado para acabar con la humanidad, se pasa, sin pedir permiso, un virus y resulta ser letal. Sin embargo, mientras estas armas se fabricaban, hubo un país con una extensión territorial muy pequeña que se dedicó a formar investigadores, médicos y fármacos para poder estar listos cuando la humanidad los necesitara.

No sabemos si hayan construido armamento para destruir, pero sí sabemos, ante la situación de emergencia que vivimos, que se dedicaron a ver por el bien de la humanidad.

Para nadie es un secreto que ha sufrido un injusto bloqueo económico que les ha impedido tener un crecimiento, sin embargo y a pesar de la adversidad,  han sacado la casta y la fortaleza para salir adelante.

Mientras en los países con profunda aplicación del modelo económico neoliberal se adoctrinaba en las escuelas para hablar mal del socialismo, al mismo tiempo que  se les metía en la cabeza que en Cuba se comían a los niños ─literal, en muchas universidades, incluso en México─, los niños cubanos se hacían acreedores a una enseñanza que abatiera el analfabetismo, como en ningún otro país; y no sólo eso, se les formaba para ser los mejores en su área, los mejores médicos, los mejores investigadores, los mejores deportistas, los mejores artistas, los mejores en todo, para poner en alto el nombre de su país, a pesar de las limitantes económicas. Los ataques no fueron motivo para quedarse cruzados de brazos, ni a quedarse a llorar sus tristezas.

Hoy es un buen momento para volver a escuchar los discursos de Fidel Castro, volver a leer al Che Guevara, recordar a los miles de combatientes que dieron su vida, decirles que por lo que lucharon, ahora deben estar orgullosos de que su pueblo puede gritarle al mundo que es un pueblo con dignidad, que ha luchado, que ha sufrido, pero que tiene un corazón muy grande.

Estados Unidos cuenta con las más prestigiosas universidades, con los más doctos economistas para amasar capitales, para ser dueños del mundo, pero todos esos conocimientos de poco o muy poco les sirve, porque su modelo económico sucumbe, se derrumba ante la presencia de un minúsculo virus; su economía cae a sus niveles más bajos, llevándose con ella las economías de otros países, en una debacle de terror. De qué les sirven ahora sus grandes conquistas, sus grandes capitales.

Con sus  grandes edificios y rascacielos vieron muy arriba, pero su soberbia les impidió ver hacia abajo, ver que había quien podría necesitar de ellos, y necesitar de ellos mismos.

Hoy ese pequeño país, en esa pequeña isla, tiene médicos para enviar de auxilio a otros países. Estados Unidos, como potencia, no tiene ni siquiera lo mínimo de médicos requeridos para atender a su propia población infectada por un virus que los pone en jaque, los  desnuda para ver de qué están hechos.

No es la primera vez que Cuba levanta la mano para decir “presente”. Hoy, gracias a las redes sociales, y a que el mundo ya no se engaña tan fácilmente para darse cuenta de lo que están hechos los cubanos, han acudido en diversas brigadas a apoyar a otros países, a dar incluso su vida, y sin cesar siguen formando profesionistas profesionales.

No hace mucho, en México había quienes alertaban de un riesgo de cambiar el sistema económico que nos llevó al fondo de la barranca. Al querer cambiar a un régimen con sensibilidad social, se temía el gran riesgo de parecernos a Cuba. Afortunadamente no fueron escuchados, y aunque no somos como Cuba, sí aspiramos a ser un país sin grandes diferencias sociales. Muchos querían que se siguiera el modelo económico neolíberal, liderado por los estadounidenses, el cual se derrumba y tumba de golpe todos los hitos del mismo. Ojalá hubiera la humildad de reconocer que ese modelo no es la mejor opción para el mundo.

Hoy Cuba le da una lección al mundo de humanismo. Sin egoísmos, sin revanchismos, acuden al país que los requiere, envían a sus médicos, trabajan sus investigadores con los investigadores del país que quizás sea próximamente la principal potencia: China.

Como se dice coloquialmente, los investigadores cubanos se codean con los chinos. No podría ser de otra manera cuando han dedicado su vida a construir por el bien de la humanidad.

No debemos dejar de lado que aunque no se ha declarado oficialmente, la manera en que los chinos detuvieron la pandemia fue con un medicamento desarrollado en Cuba, el Interferon, que es posiblemente el único fármaco  desarrollado en el mundo para frenar al Coronavirus.

Todo esto sucede mientras Estados Unidos, se que queda en un estado contemplativo, viendo cómo sus habitantes mueren, víctimas del virus, sin capacidad de respuesta de sus médicos o de sus investigadores para frenar la situación de crisis que viven, y que ni con todo su poderío, con todo su dinero, pueden desarrollar un fármaco, una vacuna. Han pasado 3 meses cuando menos y no tienen capacidad de reacción.

El socialismo de Cuba, su humanismo, deberá, después de esta crisis epidemiológica, ser reconocido por el mundo. Y se deberá retomar si es justo que siga bajo el yugo de un bloqueo económico que ya se extiende por décadas, y que se le permita ser el país que crezca, con el valor de su gente, con el corazón grande que les caracteriza y con una gran nobleza.