Televisa, el reto de reinventarse o llevarse a la sepultura a Univisión

Alerto Osorio

09 de agosto de 2022.- Por cerca de tres años la empresa Televisa arrastró una serie de noticias que denotaban la tendencia a la baja en materia de audiencia, producción, y principalmente en sus acciones de negocios.

Los dueños y sus gerentes, no necesitaban demostrar calidad o eficacia como empresa de medios para recibir los millonarios contratos de los gobiernos en turno, que se convertirían en una de sus peores crisis cuando llegó a la presidencia, un mandatario que ya no estuvo de acuerdo con pagar por el servicio de la censura.

Los recortes de personal y lo escándalos internos se convirtieron en el cotidiano en la empresa de la familia Azcárraga, tal fue el caso en Guadalajara, en donde su director de Noticias, Miguel Ángel Collado fue echado de su oficina como un gran delincuente, cuando antes lo presumían como el gran coco de TV Azteca en materia de audiencia local. A Collado lo corrieron sin concederle la posibilidad de al menos defenderse de cualquier señalamiento en su contra, igual ocurrió con Claudia Rebeca Reynoso, comunicadores señalados como presuntos defraudadores de la empresa.

Televisa es reconocida por los intelectuales y académicos por gran su capacidad de generar contenidos “basura”, por sus constantes purgas de mandos intermedios o superiores, por los malos sueldos y malos tratos hacia sus reporteros y por las demandas que muchos de ellos, han interpuesto por los despidos ilegales.

Además de ello, a Televisa la recordarán los mexicanos por su habilidad de contribuir para sentar en la silla presidencial a un gran vendedor de Coca Cola, como fue el caso de Vicente Fox Quesada, el presidente que representó el gran fracaso para México en el momento en que arribaba al siglo 21.

O qué decir de la forma en que Televisa hizo de Enrique Peña Nieto, un presidente “guapo”, pero incapaz de entender las necesidades de un país golpeado por la crisis económica y por la violencia en todos sus géneros.

Cualquier estudio de contenido, de inmediato demuestra que esa empresa sustenta sus emisiones de noticias en un 70 u 80 por ciento en la llamada nota roja.

Es imposible dejar de lado el hecho de que Televisa tuvo la osadía de escogerle como esposa a Enrique Peña, a la actriz Angélica Rivera conocida como “La Gaviota”. Ella era parte del gran catálogo de hermosas mujeres al servicio de la empresa propiedad de los Azcárraga.

Las propias revistas de espectáculos, dicen que, en el camino por convertirse en la primera dama de México, Angélica dejó atrás a Galilea Montijo, una vedette quien resultó ser una candidata cuestionada por sus antecedentes como bailarina de “table dance” en Guadalajara, pero que además de ello, esa mujer era mucho más alta que Peña Nieto, un dato que contrastaba para la proyección de imagen de un futuro presiente.

Otra que prefirió no entrar a esa “competencia” y quedar fuera del casting efectuado entre las mujeres Televisa, fue la cantante “Lucerito”.

Pero todo eso es historia, como historia es el hecho de que Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el enemigo público número al parar los contratos multimillonarios contra esa empresa y que casi de inmediato, varios de los principales accionistas de Televisa, como Claudio X. González decidieron encabezar el frente de las hostilidades contra AMLO.

Para nadie es un secreto que, en el bloque de los opositores al mandatario, prevalece la imagen de dos extelevisos, Carlos Loret de Mola y Víctor Trujillo, el comunicador que esconde su verdadero rostro tras la figura de un payaso, que bajo su peluca de rizos verdes, trata de imponer su verdad.

En ese mismo frente, también aparece Pedro Ferriz de Con, quien utiliza las redes sociales para pedir y suplicar el regreso del expresidente Carlos Salinas de Gortari para detener a López Obrador.

Televisa nació y vivió pegada al poder de origen priista. Ahora, con los cambios que se están generando en materia económica, administrativa y de producción, la empresa tiene la oportunidad de convertirse en una firma de clase mundial o de lo contrario, dejará de manifiesto su incapacidad para vivir fuera del erario público.

Con la ampliación de compra de acciones de Televisa hacia Univisión, las dos firmas compartirán contenidos y producción y ese es un tema medular, para el éxito o el fracaso de esa alianza. Los hispanos en Estados Unidos están acostumbrados a recibir contenidos críticos en las entregas informativas, ellos saben que por décadas la información sobre México que los noticiarios ocultaban en la República Mexicana, la recibían gracias a Univisión o Telemundo.

La revista Expansión dice que los hispanos representan un pastel de 600 millones de hispanohablantes, que con la alianza, se estima llegar a 100 millones, lo que la convertirá en la televisión de habla hispana más grande de todo el mundo.

“Televisa recibirá 4,800 millones de dólares de Univisión. La alianza Televisa-Univisión será financiada con una ronda de inversión serie C liderada por el banco japonés Softbank de 1,000 millones de dólares, en la que también participaron Google, The Raine Group y ForeLight, y con los 2,100 millones en compromisos de deuda coordinados por J.P. Morgan”, según la revista Expansión.

Por lo pronto la moneda está en el aire. De antemano los hispanos en Estados Unidos, consideran que con el matrimonio Televisa-Univision, quien pierde es Univisión y que Televisa podría arrastrar a Univisión a la sepultura.