Cuando Anas al-Sharif, reportero de Al Jazzera (TV), fue condenado a muerte por Israel -que luego ocurrió junto con cuatro compañeros-, escribió: “Viví el dolor en todos sus detalles. Experimenté el dolor y la pérdida repentinamente. A pesar de ello, nunca dudé en transmitir la verdad tal como es, sin distorsión ni tergiversación con la esperanza de que Dios fuera testigo de quienes guardaron silencio, de quienes aceptaron nuestra muerte y de quienes nos ahogaron hasta la respiración. Ni siquiera los cuerpos destrozados de nuestros niños y mujeres conmovieron sus corazones ni detuvieron la masacre de mi pueblo (…) Oh Dios, acéptame como mártir, perdona mis pecados pasados y futuros…”.