Amparo Reyes

26 de abril 2022.- Los problemas en el centro y cabecera municipal del llamado pueblo mágico de San Pedro Tlaquepaque, no sólo son de estética, a raíz del color rosa Pepto Bismol con el que cubrieron los portales que rodean El Parían, los visitantes y lugareños también tienen que padecer los malos olores en sus calles, las plagas en fincas abandonadas, la proliferación de los polémicos viene-viene, los lava-coches y hasta los ladrones de autopartes y robacarros que imponen su ley.

Es así como se han apropiado de calles y banquetas y otros usan la zona como área de operación, muchos con el consentimiento o la negligencia de autoridades policíacas y del mismo ayuntamiento de Tlaquepaque.

Una manzana podrida

En la manzana que se encuentra entre las calles: Herrera y Cairo, Reforma, Progreso y Porvenir, en el corazón de Tlaquepaque, justamente a una cuadra del Parián y a dos de la presidencia municipal, prolifera el robo de carros y camionetas y de autopartes.

Ante la impunidad de las autoridades, los vecinos del lugar aseguran que pareciera que no hay policías, por ello operan los ladrones a su antojo, ahí todo mundo lo sabe.

Visitantes de la ciudad y extranjeros, llegan a estacionar sus autos a esa manzana, donde primero llegan los viene-viene y después los lavacoches, sin imaginar que llegan a una zona totalmente en “rojo”.

En ruinas

A menos de una cuadra del Parían, sobre las calles de Herrera y Cairo, Reforma y Progreso, desde hace cerca de 40 años, luce abandonada la principal sala de cine que había en el municipio.

La finca es una ruina que no se puede demoler porque está intervenida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), según dicen los vecinos. Pero, lo que para unos es un edificio con valor patrimonial, para otros sólo representa un elefante blanco que sirve de nido de roedores y palomos que ahí se anidan y luego invaden las casas cercanas, sin que los vecinos puedan reclamarle a nadie por la plaga que sale del interior del inmueble abandonado.

El cine “30 de abril” a finales de la década de los 70’s también servía de foro para la presentación de artistas de fama nacional e internacional. Con el paso del tiempo, ese famoso cine adquirió el sobrenombre de “El 30 pulgas” por el descuido de la enorme sala.

Calle Reforma, excusado para muchos

En las inmediaciones de ese cine abandonado, sobre la calle de Reforma, a menos de dos cuadras de la presidencia municipal y a una del Parían, la calle es dormitorio y es excusado para varias personas que vive en condición de calle.

A algunos se les ve alcoholizados o dormidos en plena vía pública y sobre la banqueta, esas personas ahora son los dueños de la zona.

Sus desechos los ocultan con un poco de tierra que para nada engaña a las moscas, y que cualquiera que pase las puede oler. Paradójicamente a ellos nadie les molesta. Beben en la vía pública o hacen sus necesidades fisiológicas en la banqueta o entre los carros, pero parecen seres invisibles ante los rondines que realiza la policía municipal o los operativos que efectúan los elementos de la Guardia Nacional. Con ellos nadie se mete.

Pasar por esa parte de la calle Reforma es todo un reto para vecinos, visitantes y turistas extranjeros que acuden al llamado pueblo mágico de San Pedro Tlaquepaque, sin imaginar que muy cerca de galerías de fama nacional e internacional o del famosísimo Parían, los fétidos olores y la proliferación de moscas, evidencia la triste imagen de un pueblo trágico que carece de orden.

Bajo esta administración de la presidenta municipal de Tlaquepaque, Citlalli Amaya, pareciera importarles más pintar fachadas de rosa y postes de luz en gran parte blancos con una franja rosa mexicano, que revisar que esos mismos postes, realmente tengan luz para ofrecer a los vecinos del centro, donde lucen varias calles aledañas totalmente a oscuras.

En esta área del corazón de Tlaquepaque, la Ley de Desarrollo Urbano, el reglamento de Policía y Buen Gobierno, el ordenamiento vial, aseo público, la norma anti-ruido y la seguridad pública, son una farsa ante la realidad que golpea a propios y extraños que se preguntan si estos aspectos fueron evaluados para darle al centro de este municipio, su nombramiento de pueblo mágico.