Tras inyección del erario, hospital Ángel Leaño volverá a operar en 2021

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Guadalajara, Jalisco.-El hospital Ángel Leaño, propiedad de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), dejó de dar servicios en el 2018 y volverá a funcionar como nosocomio el próximo año, informó a Partidero Alfonso Petersen Farah, vicerrector de Ciencias de la Salud de esa institución educativa.

Al hospital privado se le invirtieron varios millones de pesos por parte del gobierno del estado para ser reconvertido y poder atender a pacientes con covid, hecho que aún no ocurre.

En abril pasado, el coordinador de Desarrollo Económico, Alejandro Guzmán Larralde, informó que la inversión sería de 180 millones de pesos (mdp), cantidad que fue ratificada en un comunicado de prensa por parte de la UAG.

Alfonso Petersen Farah manifestó que el gobierno ha invertido entre 20 y 30 millones de pesos.

El 12 de junio, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, anunció que “el día martes (16 de junio) voy a echar a andar el hospital Ángel Leaño, en la primera etapa”.

Desde hace año y medio el hospital Ángel Leaño dejó de funcionar, se quedó sin población de responsabilidad; sólo se usaban algunas salas y el área de quirófanos para prácticas de alrededor de mil 800 estudiantes de medicina de la UAG, quienes continuarán con su preparación académica en el campus del centro universitario.

La próxima reapertura del Ángel Leaño ya se había planteado entre las autoridades de la UAG. “Lo digo con toda franqueza, pero ahora lo tenemos que hacer a marchas forzadas para que nuestros alumnos, ahora que regresen a clases presenciales, pues tengan las aulas y espacios necesarios para poder cumplir con los plazos académicos. Reitero: es un plan que ya traíamos, pero que tuvimos que acelerar. Eso es un esfuerzo muy importante de parte de la universidad”, dijo Petersen Farah.

–¿Sólo funcionaba como hospital escuela?

–Sí, algunas salas y quirófanos eran utilizadas como parte académica de la universidad. Todo fue cancelado y trasladados a la universidad para que el hospital sea 100 por ciento covid.

–Cuando volvamos a lo que llaman la nueva normalidad ¿el hospital Ángel Leaño volverá a funcionar como hospital?

–Totalmente. Desde un principio, cuando se tomó la decisión de cerrar el hospital, yo todavía no estaba colaborando en la UAG. Se decidió hacer una reestructura de su operación y volverlo abrir lo más pronto que se pudiera. Obviamente en ese tiempo nadie nos imaginamos que viviríamos el covid.

–Entonces, ¿se verá beneficiado el hospital Ángel Leaño?

–Yo creo que hay que verlo desde el punto de vista de que el hospital tendrá una utilidad social importante para atender a las personas afectadas por el covid, porque aunque ahorita no estamos viendo en Guadalajara el peor momento de la pandemia, estamos absolutamente claros que lo vamos a vivir, y estamos clarísimos de que el hospital Ángel Leaño va a poder ayudar a muchísimas personas. Una vez que la pandemia termine, la intención es que el hospital vuelva a funcionar como tal.

–¿La reapertura pudiera ser en el 2021?

–Esperemos que así sea. La verdad es que no tenemos una fecha muy precisa, porque el compromiso que tenemos como universidad es prestar el hospital al gobierno del estado. Es un comodato que no tiene ningún costo de renta para que preste servicio a la comunidad, hasta que la pandemia quede totalmente controlada.

–Doctor Petersen, su trayectoria le ha permitido laborar tanto en el ámbito público como en el privado, ¿qué opina de que se invierta dinero público en el sector privado?

–Lo primero que pondría sobre la mesa es la pregunta ¿realmente se va dinero público a lo privado o se está invirtiendo en una medida de atención para una gran cantidad de personas que lo pueden necesitar? He escuchado cantidades que van de 30 millones de pesos de inversión, pero hay que separar  muy claramente lo que tiene que ver con la inversión para la infraestructura y lo que sería la estrategia de operación.

“El monto que se le ha dado al Ángel Leaño, si mal no recuerdo, es entre 20 y 30 millones de pesos. Habrá que separar lo que se está invirtiendo en el hospital propiamente dicho y qué se va a quedar en el hospital, y aquello que se está invirtiendo en el hospital y que no se va aquedar en el hospital.

“Una vez hecho este análisis, también reconocer cuánto se hubiera requerido para llevar una acción como esta en otra instalación, y en un momento determinado ver cuál puede ser el potencial beneficio. El hospital tiene la gran ventaja, como ya lo dije, que tiene toda la infraestructura hospitalaria y, por supuesto, toda la infraestructura relacionada con la atención: tener un baño completo por cada 3 personas hospitalizadas, un sistema de distribución de aires medicinales como gas o aire comprimido en todos los espacios de atención. Perdón que lo diga, pero yo conozco muchos hospitales que no lo tienen.

–En 2018, cuando deja de prestar servicios el Ángel Leaño ¿fue por incosteable?

–No, tenía un sistema de administración y de operación asociado a los propios colaboradores de la universidad. Con todas las modificaciones a la ley, a lo largo del tiempo varios colaboradores de la universidad ingresaron al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y eso gestó un cambio de operación del propio hospital.

“Hubo varias acciones, al paso del tiempo, que motivaron la decisión –yo todavía no estaba en la universidad– de llevar a cabo una reestructura administrativa del hospital, por eso se cerró temporalmente el hospital.

“Una de las funciones que yo tenía, al incorporarme a la universidad, era precisamente el llevar al cabo un esquema de operación del mismo. Pero, bueno, se vino toda esta situación. En un momento determinado el estado así lo requería. Y lo digo con toda claridad: el rector (Antonio Leaño Reyes) generosamente tomó la decisión de prestar el hospital, porque el término más adecuado es préstamo en comodato, porque no hay ni una renta de por medio.

 

Fue Alfaro          ángel leaño

Petersen Farah aseguró que fue el gobernador, Enrique Alfaro Ramírez, quien solicitó al rector de la UAG, Antonio Leaño Reyes, el hospital Ángel Leaño en comodato.

Al no contar el hospital con población de responsabilidad, “fue muy atractivo para el gobierno del estado solicitarlo, porque puede ser usado en su totalidad para atender a pacientes covid”.

El hospital cuenta con 150 habitaciones con baños completos, por lo que en su capacidad máxima podría atender a tres pacientes por habitación.

El vicerrector de Ciencias de la Salud de la UAG señaló que el gobierno del estado invirtió dinero en la adaptación del hospital, como la reparación del cuarto de máquinas y centro de distribución de oxígeno, algunos baños y el cambio de algunas lámparas.

Petersen agregó: “Con toda sinceridad, una gran cantidad de obras que se hicieron con este fin, como áreas de circulación, baños y regaderas extendidas, que no son de un gran beneficio para el hospital pero que son necesarias para quienes ahí van a trabajar. Por ejemplo, las regaderas en la salida de un pasillo es para que los trabajadores se puedan bañar antes de irse a sus casas y evitar contagios. Al final, esas regaderas no se van a quedar ahí y serán retiradas, tampoco se van a quedar las áreas de alimentos para los trabajadores”.

Asimismo, cuando deje de ser hospital covid se retirarán las líneas de oxígeno en consultorios, comentó.

Manifestó que las adaptaciones que se hicieron para “el manejo de alimentos, desechos biológicos infecciosos y el manejo de cadáveres” son acciones propias de un hospital covid.

“Obviamente, el equipamiento no se quedará en el hospital; está establecido en el contrato de comodato que todo el equipamiento se regresa a la Secretaría de Salud. Y todo lo que tiene que ver con las adaptaciones complementarias, tendrán que ser retiradas”.

–Las adaptaciones que se tendrán que retirar ¿se desechan, se almacenan, se destruirán o se donarán?

–Le voy a poner dos ejemplos. Uno es muy crudo: fue la necesidad de ampliar el espacio mortuorio; teníamos nada mas tres espacios para mortuorio y lo adaptamos a 60 espacios. Esa capacidad en un hospital no se necesita, de tal manera que mucha de la infraestructura que se hizo para este objetivo va a tener que ser cancelada. Se hizo una loza de concreto para poder ampliar el mortuorio, después se tendrá que tapar y no tendrá una actividad complementaria para el hospital. Otro ejemplo: se hizo infraestructura para tener agua y drenaje en un pasillo para seis regaderas y la colocación de muros de tablarroca, esa infraestructura tendrá que ser retirada. Tienen un costo, pero a final de cuentas necesario para un hospital covid.

 

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