Un día después

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De cara a los primeros resultados no definitivos de la jornada electoral de ayer domingo, podemos lanzar algunas lecturas sobre lo sucedido el 6 de junio.

  1. La afluencia del electorado se comportó como lo ha venido haciendo en las elecciones intermedias desde 2003, es decir, la votación ha ido al alza desde entonces. Cada cita a las urnas arroja un porcentaje mayor de participación en relación a la elección intermedia inmediata anterior. En 2003 la participación fue de 41.1%; en 2009 de 44.6%; en 2015 se llegó a 47.7%; y en 2021 alcanzamos 52%.
  2. Más allá del voto útil o el voto duro, me parece que lo que terminó por inclinar las balanzas en las diferentes regiones del país fue el voto de castigo para los partidos que se encuentran en el gobierno sin distingo de colores. Es evidente que una parte del electorado no se encuentra conforme con los resultados obtenidos por quienes los gobierna. Esa es la principal razón por la cual, de manera general, los grandes perdedores de la jornada de ayer son quienes se encuentran en el poder. Con lo cual fue evidente el avance de la oposición, que se viste de colores diferentes dependiendo del lugar de que se trate.
  3. Otro elemento a considerar son aquellas figuras que ganaron perdiendo o bien que perdieron ganando. En ese sentido, me referiré a dos personajes, por un lado, el canciller Marcelo Ebrard quien saldrá fortalecido en su camino hacia la candidatura presidencial morenista a la luz del desplome de su partido en la Ciudad de México y la casi clausura del sueño presidencial de la gobernadora capitalina, Claudia Sheinbaum quien cargará con el costo político de las pifias morenistas en CDMX. El otro caso, es lo contrario. Con el triunfo de Pablo Lemus en la alcaldía de Guadalajara, el perdedor termina siendo el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro quien ven concluido su sueño transexenal de mantener su proyecto alfarista.
  4. Finalmente, estamos asistiendo a una parcelación del espectro electoral. Los partidos políticos avanzaron o retrocedieron dependiendo del nivel de gobierno que estaba en juego y el lugar donde se realizó la elección. Así, que cualquiera de los institutos políticos podrá llamarse triunfador en la jornada electoral haciéndose a la sombra de su mejor árbol e ignorando aquellos de los cuales se hará leña una vez caídos en desgracia.
  5. Así las cosas, en la segunda parte del sexenio lopezobradorista veremos el impacto real del avance de las oposiciones en todo el país. Sin duda, es el momento de que la oposición cambie su discurso vacío por propuestas que le permitan convertirse en una opción de gobierno y no solamente en un crítico sistemático de quienes ejercen el poder.

 

 

@contodoytriques

 

 

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