Sábado 17 de diciembre de 2022.- Establecimos antes cierto paralelo entre las crisis por desencadenarse en Perú, Argentina y México. En Perú detuvieron y encarcelaron a su presidente constitucional, Pedro Castillo. De Argentina nos enterábamos quea doña Cristina Fernández de Kirchner, quien ya ha sido presidenta de ese país hermano y ahora funge como vice del régimen actual, le aplicaron un veto político de por vida. Parecía que se harían coincidir estas dos crisis mentadas con la que se cocinaba con nosotros en torno a una reforma electoral que transitaría por su examen en nuestras cámaras. Tenemos que reacomodar la apreciación. Hubo algunas variantes. Demos cuenta de ellas.
En Perú derivó la cuestión en un abierto golpe de estado. Primero decían que don Pedro Castillo había intentado dar un golpe de estado. Con su intento de disolver el congreso, para lo que tiene facultades legales, lo cercaron, le voltearon la tortilla, lo tomaron preso y lo aislaron. Le recetaron un plazo temporal de siete días. Se llegó el plazo señalado y los jueces le aplicaron una prisión preventiva que se extenderá diez y ocho meses, año y medio pues. Parece ser una amonestación nada más, para que se le quite. Después le aplicarán todo el peso de la ley y su sentencia pasará a ser una cadena perpetua tal vez, o a ver qué se les ocurre a estos impolutos togados andinos que dicen velar por la salud de la legalidad.
Doña Dina Boluarte y su congresito, no sólo le dieron golpe de estado a su presidente, sino que ahora lo tildan de golpista y lo encerraron por ello. Con lo que no contaban es conque el pueblo peruano se les iba a levantar en masa y les iban a poner en huelga prácticamente a todo el país. La turbulencia está desatada y nos quedaremos en barandilla esperando ver si se vislumbre alguna luz para dicho túnel. Porque el público anda en las calles, con las teas ardientes en la mano, y los togados están pertrechados en sus altares de la legalidad descalificando cada paso que da el pueblo insurrecto. Es evidente que en Perú no habrá vacación navideña tranquila esta vez.
Con los hermanos del cono sur las cosas pintan de forma diversa a la de los andinos. Los argentinos andan distraídos en los resultados finales de lo que acontezca en Qatar. Su selección logró la hazaña de colocarse en la final y la disputará contra Francia. Ningún acontecimiento distinto a lo de las patadas se gana la atención de estos hermanos cantadores y bailadores de tangos. Por lo pronto viven en tales encuadres y ya veremos qué sucede después de concluida la final del torneo mundialista. Si Argentina se corona campeón, ni quien se acuerde después del agravio contra doña Cristina. Está visto. Por lo pronto les funcionó como una exitosa barrera de humo esto del ‘júrgol’ como le dicen en su caló rioplatense o lunfardo, que ya no sabe uno cómo digerirlo. Para la navidad argentina parece retomar la calma. Ya veremos.
Donde sí se juntaron corpus con sanjuán fue aquí con nosotros, los hermanos mexicanos. Todo apuntaba a que íbamos a tener una trifulca de padre y señor mío con el destino final que le dieran nuestros legisladores a la iniciativa sobre reforma electoral, que turnó a las cámaras nuestro presidente. Sabemos bien que eso de elevar iniciativas es una de sus prerrogativas y, por ser así, ninguna de las bancadas opositoras reprocha el acto, sino que lo apechugan.
La tal iniciativa presidencial les llegó con muy buen tiempo y fue turnada a comisiones, como corresponde, donde le empezaron a hacer los análisis de rigor y se pusieron a estudiarla. Hubo hasta parlamentos abiertos y disputas y ajustes, según estuvo trascendiendo de los medios, ya que nos resulta medio difícil a los ciudadanos interesados obtener más información directa sobre estos pasos que dan los hermanos legisladores. Bueno, unos chambean de hermanos; otros de entenados, pero ahí los tenemos a todos en casa común y ni cómo negar la parentela.
Digo esto en mero plan de chunga, pero algo hay de fondo. Trascendió que los que se ponen ahora la camiseta de opositores no concurrieron a ninguno de los trabajos que se realizaban en el congreso en torno a la iniciativa presidencial recibida. No aportaron una sola observación. No sudaron la camiseta como no fuera para descalificarla a priori y perorar con el aviso contundente de que se opondrían a ella y que no la dejarían pasar. Armaron, eso sí, una marcha multitudinaria para el día 13 de noviembre, en la que se dijo que se movilizaban para defender la democracia. Su lema, que luego se volvió consigna, fue ‘el ine no se toca’.
Como era tan visible que tirarían la iniciativa al cesto de la basura estos señores opositores, por el hecho claro de que sí alcanzan sus momios para lo que se llama una mayoría calificada, de la presidencia se anunció y se llevó otro paquete de reformas a los dictados electorales, que incidirían en las leyes que ya están establecidas. Y como los legisladores que votan de acuerdo con el gobierno instituido sí alcanzan esta mayoría simple, con eso es suficiente para que se apruebe la propuesta alterna.
Tal cual se visualizaba, así se dirimió la cuestión. Al primer intento se le llamó Plan A. No pasó. Al segundo, Plan B. Y ése sí fue aprobado. Los señores legisladores y todos los mexicanos pasamos entonces, ya sin carga de disputas inacabables por lo pronto, a la sala de los festejos navideños, a saborear ponches, buñuelos y pavos horneados, que es lo propio de estas festividades. Salud pues y felices pascuas a todos nuestros lectores.