Pese a todo, Sheinbaum es la nueva esperanza para el país al asumir como la primera mujer presidenta. Viene –ya lo mencioné-. de un atosigamiento en que AMLO no la dejaba ni a sol ni a sombra desde que la designó y le entregó el “bastón”. Confiemos que, desde ya, sea ella; que se libre de ataduras, mezquindades y tutelas; que gobierne para unir y pacificar sin divisiones, ideologías ni rencores en bien de todos, sin importar su pasado de “apoyo” a la guerrilla de M-19 (Gustavo Petro, ayer). ¡Urge una jefa de Estado visionaria!