Virus globalizado, vacunas privatizadas

México presentó ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) un posicionamiento sobre la desigualdad en el acceso de los países a las vacunas contra el Covid-19.

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, fijó la posición de México respecto de la desigualdad y la inequidad que hay en el acceso a las vacunas; la manera en que los países que las producen tienen tasas de vacunación muy altas y América Latina y el Caribe mucho menores.

El acaparamiento de las vacunas contra el Covid-19 “está peor, se está acelerando; el mayor riesgo mundial es la pandemia y el acaparamiento de la vacunas”, expuso Marcelo Ebrard.

Al día de hoy son 10 los países en el mundo que se han dedicado a acaparar la producción de las vacunas.

Para ejemplificar, Marcelo Ebrard comparó: de 234 millones 33 mil vacunas que se encuentran contratadas por el gobierno mexicano, a la fecha se han recibido 3 millones 39 mil 625 dosis.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, y Alberto Fernández, su homólogo argentino, señalaron también que “son de las cosas que queremos ver en la ONU… que no haya acaparamiento en las vacunas, que haya un principio de igualdad”.

México, que inició el lunes la aplicación de vacunas contra Covid-19 a personas de más de 60 años, tiene firmados contratos para la compra de 232 millones de dosis para vacunar a 133 millones de personas. Nuestro país tiene una población de 126 millones de personas.

Ante un virus globalizado, nos encontramos con una distribución desigual de vacunas entre países ricos y pobres, lo que significa que el virus continuará propagándose y mutando.

En menos de un año, farmacéuticas, gobiernos, aerolíneas, centros de investigación y empresas de todo el mundo unieron esfuerzos en común para materializar una vacuna que se ha vuelto la última esperanza para salir del túnel de muertes, contagios y confinamientos que ha sacudido al mundo de manera global. Sin embargo, ahora que varias vacunas han comenzado a distribuirse y las autoridades sanitarias de numerosos países se esfuerzan en administrar el mayor número de dosis posible a su población, las y los expertos han comenzado a alertar que en esta nueva carrera los mayores beneficiados no serán, necesariamente, quienes terminen primero.

Y es que según un estudio que realizó la Universidad de Duke en Estados Unidos y que se volvió referencia en el tema en los últimos meses, la forma en la que se distribuyen actualmente las vacunas supone otro grave peligro de salud pública a nivel mundial.

La situación, de alguna forma, reproduce el actual sistema global: los países más ricos han comprado ya la mayor cantidad de vacunas que se producirá este año, mientras los más pobres no tendrán dosis para administrar incluso ni a sus poblaciones más vulnerables. Como resultado, se estima que cerca del 90% de las habitantes en casi 70 países de bajos ingresos tendrán pocas posibilidades de vacunarse contra el covid-19 en 2021.

Mientras, otras naciones, como Canadá, ya han comprado suficientes dosis para vacunar cinco veces a su población.

Eso es ruin y mezquino, ante un virus globalizado hay una vacuna privatizada. Por eso es tan importante el papel de liderazgo que ha asumido el Estado mexicano, acompañado del argentino, para acabar con la distribución desigual de la vacuna. Este es un tema no sólo de salud, sino de elemental principio de respeto a los derechos humanos.

 

medium.com/dra-lupitaramos

@dralupitaramosp

 

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