García Luna y T-MEC desarman a la oposición

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Debate Abierto

Criterios

 

El martes, Andrés Manuel López Obrador mostró que sí sabe jugar las cartas frente a la oposición: les ganó la partida, los exhibió y mostró, una vez más, sus contradicciones.

Primero se mostró que sabe manejar a su equipo de colaboradores; como un buen director técnico conoce sus habilidades individuales, capacidad y experiencia, pero lo más importante, es que saben jugar en equipo. Marcelo Ebrard y su negociador para América del Norte, Jesús Seade, mantuvieron casi en sigilo la firma del protocolo modificatorio del nuevo tratado comercial con América del Norte (T-Mec). La presencia de los representantes de Estados Unidos y Canadá y el escenario donde se verificó la firma, muestran que todo estaba planeado desde semanas antes. Este paso en la ratificación del acuerdo comercial es inyección de oxígeno para la alicaída economía mexicana. El año próximo entrará en vigor y eso aumentará las inversiones locales y extranjeras, urgentes ahora para reactivar la economía y el empleo.

Los críticos de López Obrador refieren que el presidente se contradice, ya que constantemente critica el período neoliberal, cuando justamente los tratados comerciales que México ha firmado, son todos productos de ese modelo económico. La oposición quería que López Obrador renegara y no ratificara el T-MEC, para con ello ratificar sus críticas de que este presidente nos quiere llevar al pasado. O, en su defecto, que fracasara la negociación para linchar al presidente, haciéndolo ver como un mal negociador, y mostrando que los gobiernos de los países socios no le tienen confianza al gobierno de México. Con esta firma del protocolo modificatorio se muestra que López Obrador y su equipo saben leer la nueva realidad que vive el mundo globalizado, donde los acuerdos comerciales pueden ser parte, sólo una parte, y no una panacea, de una política para recuperar el crecimiento y el desarrollo de una nación.

Sin duda la noticia más impactante ─esa sí sorpresiva─ fue la detención en el estado de Texas del hombre fuerte de Felipe Calderón, Genaro García Luna, quien es acusado por diversos delitos. García Luna formó parte de los gobiernos de Fox y Calderón, el primero le encargó la creación de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), en septiembre de 2001, y Calderón lo nombró al inicio de su administración, en 2007, secretario de Seguridad Pública. Posteriormente, en 2009, le encargó la creación de la Policía Federal. García Luna era el  estratega, el hombre fuerte en contra de la delincuencia organizada y pieza clave en la guerra en contra del narcotráfico que inició Felipe Calderón en diciembre de 2006.

La detención de García Luna en Estados Unidos fue posterior a la visita del fiscal general de Estados Unidos, William Barr, el pasado 5 de diciembre. Parece obvio que ese acontecimiento fue parte de las pláticas que tuvo el fiscal con López Obrador, Alfonso Durazo y Marcelo Ebrard.

Esta acción, por su diseño y ejecución, fue un golpe maestro de López Obrador por varias razones: desarma el argumento de que la estrategia en contra del narco durante el gobierno de Calderón fue mucho más efectiva que la actual; hace caer en contradicciones a los dirigentes del PAN, quienes apenas hace uno días pedían la intervención del gobierno de Estados Unidos para combatir al narcotráfico en México; al ser detenido en aquel país, evita que los panistas le achaquen que la detención de García Luna es una venganza en contra de Calderón para detener el crecimiento de su nuevo partido; finalmente, López Obrador vuelve a mostrar que sabe trabajar en equipo, ya que la Unidad de Inteligencia Financiera anunció que ya había congelado todas las cuentas bancarias de García Luna. Esta última acción, sabemos, requiere muchos días de trámites para ser concretada.

La detención de García Luna es un golpe muy fuerte para Fox, Calderón Y el PAN, además de un golpe mortal para el nacimiento de México Libre, el nuevo partido de la dupla Felipe Calderón-Margarita Zavala. Finalmente, es un golpe fuerte para todos aquellos que añoran la estrategia de Calderón contra el narcotráfico.

Las acusaciones que pesan sobre García Luna no son nuevas, desde los primeros cargos que tuvo había acusaciones de periodistas como Anabel Hernández que lo ligaban con los grupos del narco, y lo señalaban por favorecer al Cártel de Sinaloa. Luego, en 2010, cuando detuvieron a Edgar Valdez Villareal, la Barbie, este personaje entregó una carta al diario Reforma, realizando varios señalamientos en contra de Calderón y del exsecretario.  Por esto sorprende que Felipe Calderón asegure que él ignoraba todas las acusaciones que ahora se le hacen a su hombre fuerte.

Es claro que durante varios sexenios se fue conformando en México un narcoestado. Desde la máxima autoridad del país se tejieron redes de colaboración, encubrimiento para unos y persecución para otros grupos delictivos. Genaro García Luna era el artífice y principal negociador de esos acuerdos y Calderón lo sabía todo. Queda claro que la guerra de Calderón en contra del narcotráfico fue una burla, una simple simulación de que se enfrentaba a la delincuencia organizada; al contrario, las evidencias muestran más bien que se fortalecía.

López Obrador termina el año con importantes triunfos. Demuestra que la desaparición de la Policía Federal, obra y gracia de García Luna, fue una buena decisión, estaba corroída por la corrupción; además, muestra que la negociación política, el restablecimiento de la cooperación bilateral sobre economía y justicia pueden generar buenos resultados, aunque aún falta mucho por ver.

En el caso del tratado comercial, falta la aprobación del Senado de Estados Unidos y luego la firma del presidente Trump, mientras  la detención de García Luna faltan las acusaciones que el exfuncionario federal vierta en contra de Fox y Calderón; esta es una historia que apenas se está escribiendo. Lo que sí es seguro es que la carrera política de Calderón terminó de la peor forma, y su partido, si es que logra el registro, no tiene ninguna posibilidades de trascender. Al tiempo, lo veremos.