Gustavo Monterrubio Alfaro
Martes 04 de abril de 2023.- Esta no es la crónica de un suicidio anunciado, sólo su recapitulación. No sorprendió el suicidio de Raúl Padilla López, puesto que, entre otros, el suscrito había pronosticado que tomaría tal decisión, por las causas siguientes: su familia era disfuncional y le preceden el suicidio de su padre, Raúl Padilla Gutiérrez, en presencia de Raúl hijo, su hermano Juan Padilla López, ambos con pistola, misma herramienta que usó Raúl; la ausencia de su madre Abigail López López, quien falleció hace casi tres años, porque era el único soporte moral, espiritual y anímico con el que contaba y, cuando se sentía acorralado, derrotado, lloraba, con ello reprimía sus instintos suicidas; tal vez recibió noticias, por acá andaba un suspirante, de que el gobierno federal lo tenía en la mira y procedería contra él; es muy probable que los primeros legistas que arribaron a la escena, observaron lagrimas secretadas segundos antes que jalara del gatillo, y una última no prevista por el suscrito, RPL era seropositivo y unos días atrás había egresado del hospital, tal vez le pronosticaron una muerte inminente y decidió adelantarse.
Ahora bien, no sería conveniente que intervengan el gobierno federal ni el estatal, con Padilla López deben terminar los cacicazgos que tanto daño le han hecho a la educación pública y a la juventud jalisciense y deben dejar que los universitarios, en un ambiente de libertad y con la participación de todos, tracen el camino que debe seguir y que no es otro que dejar de lado grillas, complicidades, corruptelas y acuerdos cupulares y centrarse en la discusión de la vida académica, el quehacer científico y la propagación de la cultura, además, no hay relevos en la mafia udegeísta, la caballada está tan flaca que da lástima.
Mi deseo era verlo tras las rejas, no en un féretro, para que pagara por todos los delitos que acumulaba, el de mayor cuantía, el saqueo de las arcas universitarias al alimón con sus más de cuarenta ladrones, que se enriquecieron saqueando impunemente la casa de estudios, esto debe terminar de inmediato.
