Hurgar con catalejos
Amado Aurelio Pérez
Patricia Medina
Hay poetas cuya voz nos suena tan familiar, que de pronto, uno considera sus textos como exclusivamente propios, y más que lector uno se siente huésped, de sus libros.
Una de ellas, leída con fervor, por sus amigos y alumnos en los innumerables talleres que ha impartido a lo largo de varias décadas, es la maestra Patricia Medina, figura versátil, pues sus aportaciones como tallerista las complementa con las de editora, y animadora cultural desde la radio a través del sistema jalisciense.
EL PAN INVERTEBRADO
Di a los hombres que la muerte
no es sólo una palabra
ni aquello que se abre entre un instante y otro
y todos especulan como la minúscula hendidura
por la que se hace Dios.
Diles que sus ondas atraviesan el tiempo
y nos alcanzan
si la hacemos memoria
(un día, al abrir un libro
frente a tus ojos huele a permanencia
zumba tu corazón
queda muda tu piel
y cuando cierras nuevamente el libro
ya no reconoces tus zapatos
y todo lo que tocas te produce
un escozor extraño.)
Diles, Inkla, que al centro de la estrella
se mece el punto oscuro
que crece imperceptible en cada hombre
en cada hormiga
en cada brote hijo de la lluvia.
No les mientas jamás
porque la certidumbre que han llamado amor
les disfrazó la casa
y a su sombra inventaron
las lámparas
el vino
y un pan invertebrado.
Se borró el horizonte
pero luego
levantaron los muros.
No les mientas a aquellos
Que ya viven la ausencia
Convídales un trozo de tu muerte
Que la amen en ti
Que vivan en ella
Aunque caigan los puentes.
Este poema, extraído del libro, 101 poetas /101 pintores, Raúl Bañuelos, José Brú, Dante Medina, Jorge Souza; (Secretaria de Cultura Jalisco 2009) deja cifrada la ruta por la que la poeta nos guía por los terrenos fronterizos de la poética de la muerte, tan cara a tradición poética, lo que sin duda pondera mejor las aportaciones a la cultura jalisciense de la Maestra Patricia Medina.