Alerta general ante el coronavirus

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Si bien, las autoridades mexicanas, tanto a nivel estatal como nacional se muestran relativamente optimistas frente a la amenaza de la epidemia del coronavirus, clasificada como 2019-nCoV, que amenaza al mundo, lo mejor será que la ciudadanía en general estemos en alerta permanente.

Apenas el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, había dicho que aunque no nos guste, este virus llegará al país, pero que el gobierno está listo para hacerle frente en cuanto eso ocurra.

Ayer mismo, en el Estado de México se informó de dos casos sospechosos.

Ante esta circunstancia y lo que pueda ocurrir, la experiencia reciente nos dicta que debemos estar en alerta.

Debido a varias circunstancias, se presentaron males que en el último año se agravaron, señaladamente por la falta de previsión precisamente por parte de las autoridades. Ya se ha visto, y padecido, que no se dispone de recursos suficientes ni a tiempo cuando de males se trata. La “austeridad republicana” así lo ha dictado, y el desabastecimiento de medicamentos, particularmente para enfermedades graves muy recurrentes, entre ellas, contra el cáncer de niños, ha derivado, hasta ahora, en una verdadera crisis.

Pero no sólo eso. En el caso de Jalisco, por ejemplo, se dejaron de lado campañas preventivas en contra de enfermedades virales periódicas o estacionales como el dengue. Cuando se aplicaron fumigaciones para combatir al mosco transmisor, se hicieron tarde, mal y con insecticidas ya caducados.

Y lo admitieron de manera abierta, por no decir cínicamente, las autoridades de salud encabezadas por Fernando Petersen Aranguren. Se esperaba su renuncia o su destitución. Nada ocurrió; ni siquiera un sonrojo.

En China, especialmente en la ciudad de Wuhan, en donde se originó la nueva cepa del coronavirus, se avanza en la construcción de un hospital especial de mil camas, que debe concluirse en cuestión de días (10 es el tiempo máximo que debe durar el levantamiento), se había producido ya un efecto multiplicador y ayer martes 28 de enero se contabilizaban ya al menos 132 muertes, más del doble de los registrados el pasado fin de semana. Aparte, se tenía el registro de más de 6 mil personas contagiadas en el mundo.

Estas cifras, por lo visto, rebasarán a lo ocurrido hace 18 años, cuando el Síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés), infectó a poco más de 5 mil personas y provocó la muerte a un máximo de 600, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hace dos menos de tres días, la misma OMS corrigió su pronóstico y de un riesgo moderado lo calificó inesperadamente de alto riesgo. por lo cual se tienen que tomar todas las medidas de salud necesarias en cualquier país para evitar su propagación letal.

Ahora, ante el problema que se avecina, nuestras autoridades parecen estar al tanto de lo que está ocurriendo y dicen que no hay motivo de alarma.

La Secretaría de Relaciones Exteriores ha asegurado que los mexicanos residentes en Wuhan gozan de buen estado de salud, y apenas dos personas han solicitado su salida de esta ciudad, ahora aislada con fines de control sanitario, pero que con premura y mucha dedicación toman todas las medidas indispensables.

Por su lado, el secretario Petersen Aranguren aseguró que los casos sospechosos de contagio detectados aquí, resultaron negativos. Sin embargo, cabe la pregunta: ¿se tiene la infraestructura y preparación necesarias para hacerle frente al virus 2019-nCoV, cuando hay, por ejemplo, tan alto déficit de medicamentos contra el cáncer para atender a 160 menores internados, 120 en el Hospital Civil y 40 en el Hospital General?

¿Qué tan preparado está el gobierno federal para hacer frente a un posible contagio masivo en el país ─algo nada imposible dada la movilidad humana mundial─, cuando se carece de medicina de uso común y corriente en las instancias hospitalarias oficiales?

¿Qué podemos esperar, y qué tanto confiar, en las autoridades sanitarias nacionales y locales que no únicamente están muy limitadas en gastos para prevenir y aliviar enfermedades de la población, sobre todo la más desvalida, cuando también son propensas a mentir y decirnos que todo camina a pedir de boca?

Como sea, el brote del coronavirus ha puesto ya en alerta a los mismos mercados, que al inicio de la semana sufrieron una caída en muchos países, y la moneda norteamericana registró un ascenso en México ante la incertidumbre del rumbo que tomará la nueva epidemia.