AMLO: Entre el chantaje y el sabotaje de una facción de la CNTE

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Al día de hoy, jueves 31 de enero, se habrían perdido ya alrededor de 17 mil millones de pesos por el bloqueo de las vías férreas que desde mediados del mes mantienen maestros del ala radical de la Sección 18 de la Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación (CNTE) en Michoacán en demanda del pago, inicialmente de mil millones de pesos, por concepto de salarios, prestaciones y jubilaciones que a últimas fechas elevaron a cinco mil millones.

Ese bloqueo va del puerto Lázaro Cárdenas a Morelia y, a decir de Ferromex, ha impedido la movilización de más de 300 trenes que en este lapso debieron entregar más 800 mil contenedores y una carga de más de dos millones de toneladas.

Este desorden hace suponer que en el vecino estado no hay presencia de gobierno, ni estatal ni federal.

Michoacán ha sido flagelado en los últimos doce años por los cárteles de la droga y el consecuente inicio de una fracasada guerra contra el narcotráfico encabezada por Felipe Calderón. Ahí siguió la lucha entre bandos del crimen organizado y, ante la falta de autoridad, surgieron las autodefensas; de pilón, Peña Nieto les envió a un “comisionado para la pacificación” (Alfredo Castillo) quien sólo fue a meter más desorden y a enviar a la cárcel a quienes en verdad buscaban suplir la ausencia de gobierno. A la cabeza estaba el doctor José Manuel Mireles.

Hoy, el martirio de Michoacán es una fracción de la CNTE que, sin consultar a sus bases siquiera, colocó siete retenes sobre las vías entre el mencionado puerto y la capital michoacana que impiden el tránsito del ferrocarril que Ernesto Zedillo enajenara al Grupo México bajo el nombre de Ferrocarril Mexicano, del Grupo México, propiedad del empresario minero Germán Larrea. También es accionista la empresa ferrocarrilera norteamericana Kansas City Southern, de la que el expresidente terminó convirtiéndose en empleado.

Pese a todo, cuando empezó esta crisis en Michoacán, el gobernador perredista Silvano Aureoles se fue de gira turística a España. Desde allá le echó la bolita al presidente de la República, pero éste se la regresó con la promesa de “prestarle” una parte del dinero que entonces demandaban los maestros. Aureoles primero lo rechazó argumentando que era un problema de la Federación. Después aceptó la oferta y AMLO pagó los mil millones de pesos para que levantaran sus plantones, pero no lo hicieron.

Apenas entregaron a los maestros tal  cantidad, ellos aumentaron sus demandas a cinco mil millones y el conflicto continúa arrojando pérdidas diarias de mil millones de pesos.

Ante esta situación, Andrés Manuel López Obrador declaró el lunes temprano: “No voy a dar la orden de reprimir al pueblo, no es debilidad, es que me voy a apoyar en la fuerza de la opinión pública. Quienes sin razón actúen de esa forma se van a debilitar mucho como organización. Yo espero que tengan ellos conciencia de que ya se les atendió; tomen la decisión de liberar las vías. Eso es lo que yo espero. Yo no lo descarto porque ya no habría motivo, ya sería un capricho y entonces no quedarían bien, serían mal vistos”.

Pero los profesores de la Coordinadora siguen ahí tan campantes, no quieren entender las, digamos, paternales palabras de Andrés Manuel. No creo que sean valores entendidos entre él y sus aliados. O ¿serán tan cabeza dura tales maestros que creen que le están haciendo el favor en contra de un empresario tan huraño como extraño como Larrea? ¿Acaso piensan tan mal que creen que AMLO es su cómplice sólo porque la CNTE lo apoyó y en respuesta tuvieron la anulación de la Reforma Educativa y que cada vez pueden exigir más y más sin importar el año que están haciendo?

Lo que sí no entiendo es que el presidente hable de “no reprimir al pueblo” cuando como tal tiene la autoridad legal, y moral, para intervenir con la fuerza pública para meter al orden a quien viola la ley, y paralizar las vías de comunicación es un delito. En este caso no se trata de una manifestación inofensiva porque afecta a terceros y daña gravemente la economía no sólo estatal, sino regional y, en alguna medida, hasta nacional.

¿Será que en la conciencia de López Obrador subyacen aquellos recuerdos de sus caprichos y rebeldías, como cuando después de que se declaró triunfador a Felipe Calderón en 2006 bloqueó, casi por dos meses, el Paseo de la Reforma y se declaró “presidente legítimo” sin que nadie lo moviera de ahí y cómo ahora él va a “reprimir”?

En los días siguientes, el mandatario insistió en que recapaciten los dirigentes que no tienen el apoyo de los suyos y, hasta hoy, sigue el plantón.

¿Qué más quieren? ¿Acaso chantajear al presidente?

El accionar de la cúpula de la Sección 18 de la CNTE más parece un sabotaje al Ejecutivo. Y como él mismo lo expresó: “eso no es ser de izquierda”.

 

Actualización (10:12 horas):

Tras dos días de cónclaves y asambleas, los miembros del magisterio acordaron esta mañana liberar las vías del tren en las regiones de Lázaro Cárdenas, Maravatío, Pátzcuaro, Uruapan, Zitácuaro y Jacona, como parte de las negociaciones con los gobiernos federal y estatal.

 

 

 

 

 

 

 

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