¿Así quiere Lemus la presidencia tapatía?

Con licencia del ayuntamiento de Zapopan, en donde fue elegido, reelegido, pidió y se le concedió licencia para de nuevo postularse por Movimiento Ciudadano, Pablo Lemus Navarro, sin pena alguna y hasta con piel de oveja, anda en busca de ser alcalde de Guadalajara para completar nueve años continuos —o hasta doce, por mal que le vaya— para estar “¿al servicio?” de la sociedad tapatía.

Pero, ¿debe un aspirante que no tiene límites en sus ambiciones económicas, de poder y políticas —luego querrá ser sucesor de Enrique Alfaro en la gubernatura— llegar tan lejos cuando deja a sus huestes y policías hacer y deshacer sin inmutarse?

¿Se vale también que su señora madre, Maya Navarro de Lemus, entre al quite a la brava, descalificando y amenazando a una reportera— Gloria Reza— por cumplir con su trabajo y dar a conocer lo sucedido una semana antes a en uno de los andadores de la céntrica Plaza Tapatía?

La periodista Reza, integrante del equipo que hacemos la página Partidero.com y corresponsal de la revista Proceso, aparte de reportear, difundió un video en sus redes sociales en donde es evidente la represión que sufrió un adulto junto con sus hijos, menores de edad, luego de acercarse al aspirante a pedirle apoyo (se ignora exactamente para qué) y, en respuesta, fue agredido por personal del candidato.

Golpeado, el agredido se refugió un rato en la  Cruz Roja por lo que llegó a decirse, o así lo interpretaron algunos, que estaba desaparecido, cosa que en realidad no sucedió.

Casi en el momento que se acercó al candidato, quien sabe por obra de qué o de quién entraron al quite en contra del intruso, dos policías municipales que lo derribaron. Fue cuando los dos chicos entraron a  defender a su padre, pero para pronto fueron también sometidos por los uniformados, según el reporte de Gloria y tal como se observa en el video que a la par fue difundido también por PartideroTV y muy variadas redes sociales.

Un tuit de Gloria fue suficiente para que la progenitora del aspirante de MC, Maya Navarro, respondiera de forma grosera, calumniosa e intimidatoria. Cito textualmente:

Que tienes que sacar lo que escribo seudo periodista chayotera de Chairos que le tienen miedo y pavor a mi hijo. Te gustaría que te mandara a ti , a los policías y su equipo de campaña, que protegen a mi hijo, que golpearon en su evento de campaña en días pasados. Llamo y lo pido.

¿Acaso la señora Maya tiene pruebas de que la corresponsal es “chayotera de chairos” o de alguien?

No cabe duda que fue un arranque de ira de la mamá por el hijo predilecto.

Su accionar pudo tener su origen vía contagio—para estar a tono con la pandemia—. Es lo que ha venido sucediendo, desafortunadamente, al menos de forma verbal, la agresión a medios y periodistas a lo largo y ancho del país por el solo hecho de disentir, analizar, criticar o simplemente por difundir información verídica de tales o cuales cosas, acontecimientos o dichos. Ataques, acusaciones en falso, calumnias y difamaciones que se dan a diario sin argumentación, sin causa justificada.

Ergo, si eso ocurre ahora con el hijo candidato a un puesto medianamente alto de poder, y sucede cuando un presidente con licencia de otro municipio después de casi dos períodos y que ahora tiene la oportunidad de repetir el mismo esquema—y por doble partida—en el hasta hoy todavía el municipio más importante del país, ¿qué sucedería en su entorno, en particular en su familia y cercanos si llega a donde se propone y, luego, por mala suerte de muchos repite y quiere avanzar más todavía. Ahora ha sido únicamente una muestra de prepotencia ¿Qué será mañana o pasado?

 Lo menos que muestran ahora tanto la progenitora de Lemus como sus correligionarios que lo rodean, es inmadurez. O ¿simplemente están enseñando el cobre? O el barro de que están hechos.

 En un comunicado oficial que no replica sino que agrede de nueva cuenta, “lamentaron el intercambio de mensajes” entre la madre y la reportera y más adelante, la justificación: “Lamentamos que se esté atacando a una mujer que padece demencia senil (que puede ser una argucia legal para que no sea imputable, toda vez que hay denuncia judicial y por si acaso llegara la justicia) con el único fin de golpear la campaña de Pablo Lemus” y que los contrarios aprovechen “el intercambio entre la periodista y una mejer enferma…”

Lemus, tras disculparse, aseveró que su mamá padece una grave enfermedad, pero no especificó cuál.

Y en el comunicado, al ataque de nuevo: “Lamentamos que Morena y sus acólitos conviertan el episodio desafortunado en la bandera de su campaña política”.

Por lo pronto, en un multitudinario debate entre los candidatos a la presidencia de esta capital, el abanderado Carlos Lomelí, de Morena, echó en cara a Lemus y a Enrique Alfaro, haberles pagado sus anteriores campañas. Y no hubo respuesta ni de uno ni de otro.

Así las cosas entre anaranjados y morenos, que parecerían los más fuertes contendientes, podría abrirse una tercera vía que aún está en el aire. Por lo pronto, los primeros muestran grieteas no fáciles de cubrir, entre ellas, la autosuficiencia y la prepotencia derivadas de la soberbia.

De los segundos, se puede decir que su abanderado, dados sus antecedentes en el gran negocio de los medicamentos en que ha estado involucrado y del cual se ha enriquecido al grado de poder financiar a otros, como lo afirma, aunque con el cobijo del centro, para nada tiene seguro un triunfo.

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