Alberto Osorio
Atlas se convirtió en campeón. En serie de penales, al pasar por encima de León, 4 goles a 3. El anuncio de la muerte de Vicente Fernández en Guadalajara y su gran funeral logra impregnar una estampa única en el encuentro Atlas-León, ante la expectativa de un Atlas que regresa del infierno, después de 70 años de no conocer la gloria.
Afuera del estadio cientos de aficionados que no alcanzaron a entrar se arremolinan por la parte baja de las graderías, como canes o felinos buscando el calor de la manada.
Antes del inicio del partido se escucha la emblemática canción de volver, volver en voz de Vicente Fernández fallecido durante el fin de semana del 12 de diciembre. Parecía un canto premonitorio en contra del Atlas
“Y volver, volver, volver
A tus brazos otra vez
Llegaré hasta donde estés
Yo sé perder, yo sé perder
Quiero volver, volver, volver”
Los astros parecen alineados en contra de los tapatíos, la Chiva mayor, Carmelita Salinas, falleció el viernes. Un día después la familia del Charro de Huentitán, Vicente Fernández notificaba de su muerte.
Minuto 54, Atlas abre el marcador, con gol de Aldo Rocha, el hombre se pone de rodillas y se levanta la camiseta para presumir una leyenda en la que agradece a su padre por la vida, pero lo que parece un claro gol, se convierte por 3 eternos minutos una posible anulación, pero finalmente el árbitro decide que el gol es válido.
Minuto 90 más cinco, termina el partido y se abre el periodo de tiempos extras. León tiene un jugador expulsado, pero las cosas no cambian para el Atlas a pesar de contar con 30 minutos de tiempos extras para meter otro gol. Finalmente, penales, el Atlas logra imponerse cuatro goles a tres frente al León. A la media noche los atlistas convierten el estadio Jalisco y la Glorieta de los Niños Héroes en templos de la gloria, para festejar la victoria de su equipo. A final Alejandro Fernández, el hijo de Vicente se quedó con las ganas de cantar el himno nacional en la apertura del partido y con el gran dolor por la muerte de su padre.