Belerofonte científico

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Arreola el científico

Durruty Jesús de Alba Martínez

Otro paraíso es el laboratorio de física. Por lo pronto, son cuatro los escrutadores del cielo: Arreola y su alumno Severo Díaz como directores, Aniceto Carrillo y José Gutiérrez como auxiliares.
Juan Nepote, El otro Arreola. Juan José Arreola & su tío científico, Fondo Editorial Estado de México, Toluca de Lerdo (2020), p. 52
Nacido el 3 de septiembre de 1870 en Zapotlán el Grande (hoy Ciudad Guzmán), quien en su confirmación en la fe católica toma el nombre de José María, hijo de Salvador Arreola y Laura Mendoza, a la edad de ocho años y junto con su hermano Librado ingresa a la primaria anexa al Colegio Eclesiástico en su ciudad natal. Continuará sus estudios rumbo al sacerdocio en los cuales también se contemplan cátedras dedicadas a las ciencias naturales como Física y Astronomía, materias sobre la cuales en el futuro aportaría desde la enseñanza.

(Foto: Laboratorio de Física, EPJ-UdeG)

Precisamente en uno de los espacios donde ejerció la docencia se conserva un magnífico Benemérita y Centenaria Escuela Preparatoria de Jalisco (EPJ) de la Universidad de Guadalajara el retrato, a la usanza de aquellos en la época virreinal, nos informa de los méritos del “Sr. Prof. Pbro. Dn. José María Arreola”, en el marco de madera un rosetón de latón menciona al Comité Directivo 42-43 del Frente de Estudiantes Socialistas de Occidente, por lo cual intuimos fue dicha organización la responsable del cuadro-homenaje a tan preclaro jalisciense, un tanto olvidado en Guadalajara aunque afortunadamente no en su ciudad natal, en la que hay un monumento y una escultura que lo recuerdan, la última del maestro Tijelino, espacios donde año con año montan guardias de honor en su recuerdo.

(Foto: Durruty Jesús de Alba Martínez)

El pasado 21 de septiembre, otra fecha conmemorativa en la familia Arreola pero también para los interesados en el universo literario, pues en el año de 1918 nació Juan José, sobrino del padre Arreola, tuve oportunidad de acudir al Salón Shangái de la Biblioteca Pública del Estado “Juan José Arreola” (BPEJ) a la charla impartida por el colega y amigo Juan Nepote, prolífico y laureado autor, justamente su libro -del cual extraje el epígrafe para esta nota- fue reconocido por el Gobierno del Estado de México con el premio único de ensayo en el X Certamen Internacional de Literatura “Sor Juana Inés de la Cruz” en el año de 2018, aquellos interesados pueden consultar la versión pdf en: http://ssc.edomex.gob.mx/content/el-otro-arreola-juan-jos%C3%A9-arreola-su-t%C3%ADo-cient%C3%ADfico .
Durante la conferencia impartida por Juan, aunque centrada en Juan José, también nos platicó del tío científico, presentándonos interesante material por él localizado en diferentes repositorios y bibliotecas con los cuales podemos conocer acerca de la ciencia -alguna de ella de frontera- desarrollada en Zapotlán y Guadalajara a principios del siglo pasado, así nos mostró imágenes de algunas portadas y notas periodísticas sobre el enjambre de temblores ocurrido en Jalisco el año de 1912, tema por el que se estableció un diferendo entre el padre Arreola y el gobernador del estado de Jalisco, ingeniero Alberto Robles Gil, y parte del capítulo “Apocalipsis de bolsillo” del libro anteriormente citado donde Juan nos lo relata con una sabrosura indescriptible; curiosidad que cien años después, aunque en otro mes tenemos nuevamente una serie de temblores.
La biblioteca personal de don José María Arreola Mendoza en un momento fue el acervo fundacional del Centro de Estudios “Miguel Hidalgo”, ahora desaparecido, establecido en el espacio ocupado años después por la Secretaría Técnica de la Rectoría (todavía no General) de la UdeG; me entero que ahora se encuentra en cajas en la propia BPEJ, cuando podríamos rendir mejor homenaje a los sabios un tanto olvidados de nuestro estado consolidando el ahora Instituto de Astronomía y Meteorología de la UdeG, espacio en el que laboraron, como un centro de cultura y patrimonio astronómico integrando además de dicho acervo el Fondo Observatorio del Archivo Histórico de la propia Universidad, aunque para alojarlo como se debe sería necesario nos compraran algunas de las casa aledañas que están en venta.

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