El político brasileño Jair Bolsonaro, electo en octubre con un programa de lucha contra la corrupción y la criminalidad, fue investido este martes como presidente de Brasil.
Bolsonaro, un excapitán del Ejército, de 63 años, y su vicepresidente, el general retirado Antonio Hamilton Mourao, pronunciaron su “compromiso constitucional” ante el Congreso en Brasilia, por un mandato de cuatro años.
Tras el fin de las formalidades, el nuevo jefe de Estado pronunció su primer discurso oficial.
Bolsonaro, mandatario número 38 desde la proclamación de la República en 1889, llegó al lugar en un Rolls Royce descapotable, junto a su esposa Michelle y escoltado por una guardia montada.
La comitiva avanzó por la Explanada de los Ministerios en medio de estrictas medidas de seguridad.
Antes de iniciar la procesión, Bolsonaro ratificó su promesa de “cambiar el destino de Brasil”, en un video publicado en Twitter.
“Pretendemos, sí, cambiar el destino de Brasil, pero para eso necesitamos seguir teniendo su imprescindible apoyo”, afirmó.
Agradeció además “a Dios por estar vivo”, en referencia a la puñalada que recibió en septiembre durante un mitin de campaña.
El exparacaidista, nostálgico de la dictadura militar y con un historial de exabruptos misóginos, racistas y homófobos, asume las riendas de la mayor potencia latinoamericana, de 209 millones de habitantes. Y lo hace con una fuerte legitimidad electoral, tras haber obtenido casi 59 millones de votos, 55 por ciento del padrón electoral brasileño.