Buscando a Némesis y buscando a la Fiscalía

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Mirada Violeta

Criterios

 

Némesis Osiris Cisneros Lepe desapareció hace cuatro días, el 31 de mayo del 201,  en Casimiro Castillo, cuando recolectaba dinero para el Centro Femenil CREEAD de Autlán de Navarro, Jalisco. Ella se parece mucho a las chicas desaparecidas en los últimos meses en el Estado: tiene 20 años, cabello largo de color café, estatura 1.53 metros, ojos café obscuro.

Némesis estaba internada en un centro de rehabilitación para tratar sus adicciones, su mamá buscaba que pronto se recuperara y regresara a casa. En el centro de rehabilitación les pedían “como parte de su rehabilitación” que hicieran colecta de apoyos para el Centro con un bote que para el efecto les entregaban; las llevaban a diferentes sitios de los pueblos aledaños a Autlán.

El viernes 31 de mayo, aproximadamente a las ocho de la noche, la mamá de Némesis recibió la llamada de parte de la encargada del Centro de Rehabilitación CREEAD Femenil de Autlán y le dijo que se encontraba afuera de su domicilio porque tenía que darle una noticia de manera personal. Ahí le informó que su hija “se perdió o se fugó”, que estaba con otra chica del CREEAD y que las habían dejado en Casimiro Castillo para que hicieran la colecta y desde las cinco de la tarde ya no sabían de ella.

El Centro desde entonces evadió su responsabilidad y ya no hizo nada para su búsqueda, solo avisarle a la familia de su desaparición.

Desde ese momento la mamá de Némesis ha emprendido la búsqueda no solo de su hija sino también de personal de la Fiscalía en Autlán de Navarro para que le tome la denuncia por la desaparición de su hija.

El sábado pasado le dijeron que no podían levantar la denuncia por desaparición porque no contaban con personal para hacerlo por ser fin de semana. El martes 4 de junio, después de cuatro días de desaparecida, le informan que la agente del Ministerio Público responsable del área de desapariciones se fue a Guadalajara y por lo tanto no había nadie que le pudiera tomar la denuncia, ni hacer la cédula de búsqueda, ni nada.

La mujer ha emprendido gestiones ya no solo para buscar a su hija sino también para encontrar quien pueda atenderla, escucharla, recibirle su denuncia, activar el protocolo Alba, etc.

Difícil tarea tienen las familias en la búsqueda de sus seres queridos desaparecidos por la indolencia de instituciones y autoridades.

En otra zona del estado, recientemente una encargada del Ministerio Público le indicó a familiares de desaparecidos que ella no podía hacer las investigaciones porque tenía miedo. Y tiene razón la agente en tener miedo, después del asesinato de dos de sus compañeros policías investigadores a manos del crimen organizado, mientras realizaban indagatorias.

La ausencia de Estado de Derecho genera doble sufrimiento a las víctimas y a sus familiares.  Seguramente de Némesis van a decir lo mismo que de Karla y Nayelli: “Deambulaban por zonas peligrosas”.

Se enfrentan las familias al dolor de la revictimización y criminalización de las conductas de quien desaparece. En el fondo, las responsabilizan de sus propias desapariciones; de ahí la indolencia para recibir la denuncia por desaparición de Némesis.

Hay cuerpos que importan dice Judith Buttler; acá hace tiempo que las niñas y jóvenes desaparecidas y desaparecidos dejaron de importar. Matar a quien busca, generar miedo a quien investiga y convertir a familiares de víctimas en buscadoras y rastreadoras de sus propias hijas e hijos es parte del Estado Fallido en que vivimos.

 

 

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