Candados para la 4T

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Candados para la 4T

Juan M. Negrete

Tras ponerse en marcha, como mejor lo ha podido hacer, el plan de trabajo de AMLO, la comentocracia local se ha desatado en denuestos y dislates dignos de mejor causa. Desde sus tribunas no dejan hueso sano ni al buen Peje, ni por supuesto, a sus funcionarios. De entre éstos, hasta el que no es jabonero resbala. Pintan una feria de equívocos y torneo pugilístico de ciegos, que da gusto. La semana pasada trajimos a este espacio un listado ilustrativo de los traspiés más llamativos de la cuarta transformación. Lo firma Federico Reyes Heroles. Por mera cuestión de espacio no se le acompañó de su tamiz crítico. Presentarlo sin confrontarlo, da a suponer que se suscribe. No ha lugar, como dicen los abogados. Aquí va el deslinde.

Para empezar, habría que eliminarle al tal listado algunos puntos de naturaleza subjetiva o convencional, que aparecen como negativos. Dice que ya ‘se le terminó su luna de miel’. A todos los gobernantes se les otorga un lapso de tolerancia para sus novatadas. No tiene prolongación indefinida. El de AMLO no iba a ser la excepción. ¿Dónde está, de esto, la responsabilidad de su error por malas decisiones tomadas? El respaldo obtenido en las urnas, pasa a nuevo formato de conducta. El Peje va a ser monitoreado y ponderado con otros ojos. Hay más imprecisiones de esta laya. Pero pasemos adelante.

Lo central del listado se atiene a señalamientos como caídas de inversión, interna y externa; equivocaciones en acuerdos y decisiones de repercusión nacional o regional; señalamiento obsesivo de las descalificaciones de las calificadoras; ausencia de solidez en la defensa del interés nacional, a cambio de la permisión a la influencia extranjera… y más lindezas acríticas. Un coro de señalamientos que parten del reclamo por haber recibido un país en jauja y estar perdiendo herencia tan magnificente por descuidos y miopía, al parecer incurable. La ignorancia en el manejo de los dineros públicos.

A todas estas críticas sin miramientos hay que decirles que los señores de la cuarta transformación no recibieron país idílico alguno. Es más, ni siquiera recibieron un país. A lo nuestro le llamamos todavía México por mera rutina. La tradición nos acostumbró a identificarnos con nuestra región y nuestra realidad económica con tal nombre y seguimos pensando que no ha virado en lo fundamental; que todavía somos nosotros; que nuestras fronteras nos delimitan hacia el norte y el sur y nos va la vida en ello. ¡Qué lejos estamos de tales sueños, alentados y cobijados por nuestro pasado aún reciente!

Los discursos que manejaron hasta hoy conceptos de fronteras, de naciones y más, deben irse a la porra. El mundo vive ahora una nueva etapa. Todavía no podemos calificarla de mejor o peor. Tampoco hay consenso de manejo de nuevo nombre, aunque por escarceos no paramos. Veamos denominaciones: globalización, mundialización, revolución post-industrial, post-capitalismo, economía del mercado libre, el mundo de la postverdad, por mencionar algunas. Prima ahora en nuestra situación económica, a la que hay que remacharle con claridad su tinte mundial, el hecho de que sus procesos económicos prioritarios, o preponderantes son de naturaleza financiera global.

La economía mundial es fundamentalmente especulativa, financiera y globalizada. ¿Qué hay que entender con esta formulación? Van algunas precisiones, que nos den luz para entender mejor lo local y no dar palos de ciego en nuestras opiniones; que nos sirvan de referencia o piedra de toque.

  • Lo que rifa ahora es el libre flujo de capitales y de productos por el mundo. Esto ha generado la anulación, en los hechos, de las fronteras nacionales, de los capitales locales y la aniquilación del mercado interno.
  • Los poderes públicos, así llamados ‘nacionales’, se han tornado obsoletos. Así que los estados nacionales, como sujetos o agentes o entidades sustantivas, o fuentes legítimas de tales poderes públicos, resultan inocuos o inexistentes frente a las leyes del mercado. Han devenido en mera hipóstasis de instancias desaparecidas.
  • Los verdaderos poderes actuales, que pululan por el planeta, poseen carácter mundial, transnacional. Rebasan fronteras y no se detienen ni en consideraciones étnicas, culturales, históricas o de otra naturaleza que no sea la estrictamente funcional en la esfera costo-beneficio. Se llaman FMI, BM, OCDE, grupo de los 8, o de los 20… da igual

Las nuevas premisas de funcionamiento de este modelo económico poseen como fulcro cuatro elementos:

I- el monetarismo

II- el libre cambio

III- la privatización

IV- la ‘desregulación’

De éstos, los dos últimos poseen un mero carácter provisional. Actuarán en función del desmantelamiento de los antiguos pilares de las economías nacionales. Concluida su labor, desaparecerán como premisas fundamentales de un modelo económico, que no las necesita para operar. Los pilares básicos reales de la nueva economía mundial son el I y el II.

Se nos volvió a acabar el espacio. Pero arranquemos de lo aquí postulado para enjuiciar con seriedad y fondo lo que está haciendo y lo que en realidad podría lograr la cuarta transformación. Se comprometió cuando las elecciones, pero lo sigue diciendo, a ponerle fin al neoliberalismo en México. ¿Es una meta posible? ¿O se trata de mera distracción para la plebe? Allá hay que ir.

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