Carta del lector

Carta del lector

 

Comentario al artículo sobre Dostoievsky, de Pseudo Longino:

Gracias por esas reflexiones antropológicas a partir de Dostoievski.

A mi parecer este autor ruso nos trata de plantear que el origen y naturaleza del ser humano en la cultura judeocristiana mantiene, a pesar del correr de la historia, intactos los genes. Y parece que así será hasta el fin de los siglos. El mismo Dios prohíbe que se altere esa genética. De otra manera no hubiera dicho que Caín era intocable. La solución no es la extirpación de la concupiscencia que lleva hasta el fratricidio, no es arrancar la cizaña, sino que se deja que sea la vida en el remordimiento lo que resarce el mal causado.  Se trata de justicia moral, ésa que el Creador instaló en lo más íntimo del yo, no de una justicia jurídica. Es ese superyó froidiano que puede hacer enloquecer al que infringe el pacto social.

 

San Agustín lo vivió y lo plasmó en su concepción antropológica e histórica. La concupiscencia y la conciencia moral son los polos antropológicos que hacen girar la rueda de la historia personal y social. Según esta concepción agustiniana no podemos evitar el fratricidio, aunque estemos y argumentemos en contra del mismo. La maldad y las guerras terminarán al llegar el Apocalipsis. Cuando el tiempo finalice y la humanidad acceda a la trascendencia. Entonces, y sólo entonces, desaparecerán la concupiscencia y el horrible fratricidio.

Por esta concepción antropológica ha sido catalogado San Agustín como “pesimista”. Sin embargo, la realidad parece darle la razón. Aunque de inicio este filósofo se burlaba de los pasajes bíblicos del Génesis, por “infantiles”, al convertirse al cristianismo utilizó su simbología para construir sus concepciones filosóficas.

Al parecer, a pesar del cúmulo de nuevos conocimientos de la biología humana, la psicología, las neurociencias, etc., no logramos comprender este misterio que somos los humanos. Sócrates tenía razón: mientras más conocemos terminamos entendiendo que no sabemos nada. Bueno, al menos a mí, es lo que me pasa. Como suele decir Juan Manuel Negrete: “se me hace bolas el engrudo“. Saludos.

José Luis Pardo Ruiz

 

Una reflexión pertinente sobre nuestras debilidades humanas:

¿Qué opinan de esto? Yo recordé el concepto de “decadencia” que expone Le Goff en su obra “El orden de la memoria“. Eso y lo que se refiere al lenguaje. Les participo mi punto de vista al respecto:

Es interesante escuchar los lamentos de terror al futuro que se vive entre los privilegiados del dinero aunque tengan comprada la vida presente que aún no es historia. Yo mencioné a Le Goff respecto al concepto de “decadencia” al explicar, en su obra “El orden de la memoria”, porque creo que viene al caso. Este autor expone varios conceptos que historiadores de la Historia (llámese “filosofía de la historia”) utilizan para intentar encontrarle alguna racionalidad a estos movimientos de las culturas que surgen, crecen, decaen y se diluyen. No es el único paradigma que se utiliza para intentar comprender el curso de la historia. Hay también los “milenistas” y otros más. Hay quien utiliza el concepto metafórico del “horizonte” (creo que es Gadamer) o la “Utopía” que sirve para “andar” (como dice Galeano).

Pero lo que a mí me interesa es reflexionar sobre nuestra generación, la que yo ( me menciono primero porque soy el más viejo) y ustedes estamos viviendo y expirando. Este pedazo de historia que nos ha tocado vivir ha sido apasionante (al menos desde la izquierda). Si el “Bulto” (película de Retes) se deslumbró y emocionó hasta confundirse cuando se concientizó de los cambios históricos de un pequeño lapso de la historia mundial y mexicana, pregunto entonces:

¿No será interesante buscarle la cuadratura al círculo de lo que hemos sido testigos?

¿La historia humana es un naufragio en un piélago obscuro de olas enormes que nos levantan para luego dejarnos caer y volver a formar nuevas olas?

¿Lo único que nos conforta es la imaginación de un horizonte ilusorio, la Utopía?

San Agustín, aunque a nivel de lo individual, dice que, en ese terrible mar, el náufrago sólo encontrará el rumbo y la “felicidad” anclando el navío en el “puerto de la filosofía”. No podemos, después de lo vivido, quedarnos sin cuestionar el pasado y especular el futuro. Yo no tengo nietos, como todos ustedes, por lo que podría decir: “¿qué me importa lo que se escriba en la siguiente página de la historia?”

Sin embargo, me angustia el ver que el verdadero dios que ha creado el hombre, la mercancía, no se detiene en la destrucción del medio ambiente y que el planeta tiene los días contados. Mientras los genetistas y los neurocientíficos nos muestran las transformaciones biológicas y neuronales que están ocurriendo con la tecnología. No es alarma apocalíptica, simplemente que no saben qué rumbo tomará la historia. Los hechos y datos ahí están para ser interpretados.

Por otra parte, en lo político, en México, pienso yo que el berrinche y pataleo de la SCJN y sus secuaces podrán terminar pronto, pero los intentos de frenar la 4T no terminarán.

Ya me extendí mucho. Saludos.

José Luis Pardo Ruiz