Compras “huachicol” o te quedas varado

27 de febrero de 2022.- Momentos antes de estacionarse, al llegar a una de las más grandes gasolineras en Zacoalco de Torres, el despachador hace la seña con la cabeza y con la mano, y le dice al automovilista que no hay combustible, que no tiene nada que vender.

“No hay gas, ya le dije”, le refrenda cuando el conductor está a punto de estacionar el carro junto a la bomba de combustible.

El automovilista toma las cosas con calma, sabe que a menos de seis kilómetros rumbo a Ciudad Guzmán existe otra gasolinera, igual o más grande que la que se ubica en la parte norte de Zacoalco, cerca del crucero que lleva a Atemajac de Brizuela.

Lo que no sabe es que en ese lugar la respuesta es la misma. Tampoco hay combustible y entonces viene los reclamos de quienes acompañan al conductor:

“Te dije que pusieras gasolina antes de salir de Guadalajara, ahora nos vamos a quedar varados a la mitad del camino”.

– Señor, ¿no me diga que aquí tampoco tienen gasolina?, le pregunta el conductor a un despachador que sólo mueve la cabeza en calidad de negación.

-No, no nos han surtido, le responde un joven sentado junto a la bomba de servicio, quien no hace ningún intento por ponerse de pie.

– ¿Dígame dónde está la estación más cercana?

– Se tiene que ir para el rumbo de Techaluta y como a 20 minutos, si va usted a buen paso.

El automovilista decide continuar el recorrido, enfila hacia Techaluta, pero apenas avanza unos 3 kilómetros y la alarma de falta de combustible se enciende.

“Este pinche carro, no va a llegar a ningún lado, ya valimos madre”.

Entonces en su desesperación, regresa a la gasolinera y pregunta al despachador: ¿dónde puedo conseguir algo de combustible para seguir adelante?

Y le dan santo y seña de por dónde se meta al pueblo y vaya directo al lugar donde venden gasolina y no precisamente en una estación de Pemex.

La única alternativa que poco a poco aparece es la compra de gasolina huachicoleada. La pista se establece sobre un destino que los pobladores le llaman calle “Honda”.

-“Por ahí le van a vender, se mete a esa calle y después de las 2 boyas, se va a encontrar un tambo afuera de ese lugar, pero hay otros”.

El lugar referido realmente está muy cerca de la entrada principal y a unos metros de la carretera libre a Ciudad Guzmán.

El despachador sabe de qué se trata, y tiene todo preparado, para atender a aquellos que no logran adquirir ni un litro de gasolina en las estaciones de servicio.

-Aquí si hay- Sí tenemos, pero le vale 25 pesos el litro, cada galón es de 5 litros.

Después de acordar el precio y la cantidad, el vendedor saca del interior de una finca dos bidones y sus instrumentos para vaciar el hidrocarburo al tanque de carro y no derramar ni una sola gota.

En lugar de manguera conectada a una bomba despachadora, el vendedor saca un largo embudo, luego vacía dos recipientes en el tanque del carro, son 10 litros por los que paga 250 pesos el cliente.

Nadie, ni vendedor, ni comprador, ni los gruñones acompañantes del despistado automovilista preguntan nada sobre la procedencia del combustible, que, a todas luces, es gasolina robada.

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