Contragolpe | El turismo deportivo


Por Raúl de la Cruz

Para iniciar, habría que definir qué es el turismo deportivo en México. Nuestro país respira deportes, y no todo es futbol. México posee una rica tradición en una amplia variedad de disciplinas, lo que lo convierte en un destino atractivo para los amantes del deporte de todo el mundo.

Podemos clasificarlo en tres vertientes: turismo deportivo en eventos profesionales, turismo de aventura y deportes extremos, y turismo deportivo local. En este caso me referiré específicamente a la natación en aguas abiertas, por mi experiencia personal como nadador en esta especialidad.

Recuerdo muy bien que, hasta 2010, la Laguna de Santa María del Oro era un lugar maravilloso, pero prácticamente desconocido para el resto del país. Fue precisamente la organización de competencias de natación en aguas abiertas lo que puso al sitio en el mapa local, nacional e internacional.

Cabe mencionar que la historia de la natación en aguas abiertas tuvo un antes y un después con el cruce a nado del estrecho de Hellespont (hoy Dardanelos), en Turquía. La hazaña fue lograda por el poeta inglés Lord Byron el 3 de mayo de 1810.

Una de las competencias más reconocidas en aguas abiertas es el cruce de los Siete Mares, reto que ya cumplió la mexicana Nora Toledano. En total son 215 kilómetros de nado entre canales y estrechos, con alrededor de 70 horas de esfuerzo continuo y miles de kilómetros de entrenamiento.

El reto incluye nadar 34 km en el Canal de la Mancha (Inglaterra-Francia), 34 km en el Canal de Catalina (Estados Unidos), 36 km en el Canal de Molokai (Hawái), 15 km en el Estrecho de Gibraltar (España-Marruecos), 35 km en el Canal del Norte (Irlanda del Norte-Escocia), 30 km en el Canal de Tsugaru (Japón) y 25 km en el Estrecho de Cook (Nueva Zelanda).

En el ámbito competitivo, la justa internacional más importante es el Campeonato Mundial de Natación, organizado por la Federación Internacional de Natación (FINA), que incluye la categoría de aguas abiertas desde 1991.

En México, existen antecedentes de la práctica de largas distancias en el agua desde la época prehispánica, cuando los habitantes de Tenochtitlán utilizaban los canales de la gran ciudad, según consta en diferentes códices.

En el caso de Santa María del Oro, me consta que la iniciativa surgió del periodista nayarita Martín Carrazco, con el apoyo del entonces presidente municipal Adaham Casas y de los organizadores del maratón acuático ABH, cuyo presidente era el promotor Roberto Ramírez Maldonado (q.e.p.d.).

Recuerdo con claridad que en 2016 el poblado colapsó por la gran afluencia de asistentes, tanto nadadores como acompañantes. Los negocios no fueron suficientes para satisfacer la demanda: faltó comida, agua y gasolina. La derrama económica fue extraordinaria, de acuerdo con palabras del entonces presidente municipal.

Hoy en día, la natación en aguas abiertas forma parte del programa olímpico y, en México, prácticamente se organizan eventos cada semana. Entre los pioneros se encuentra el Maratón Guadalupano de Acapulco, Guerrero, y a nivel internacional destaca el cruce de Cozumel.

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