Según un informe de la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos (DEPPP) del Instituto Nacional Electoral (INE), los partidos políticos mexicanos perdieron 9.2 millones de afliados hasta el 31 de enero del presente año. En enero del año pasado tenían 13 millones 548 mil 895 militantes, y al final del mes pasado solo contaban con 4 millones 289 mil 470.
A pesar de que los partidos señalan que se trata de un conteo técnico elaborado por la DEPPP, el desencanto de los mexicanos con los partidos políticos es obvio.
De acuerdo con el INE, lo más afectados fueron Revolucionario Institucional y la Revolución Democrática, que tuvieron un recorte de 76 y 75% de sus miembros, respectivamente. El partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano perdieron al 51% de sus inscritos, y este último y el PAN pueden correr el riesgo de perder su registro debido a su bajo registro de militantes.
El PRI pasó de tener 6.5 millones de militantes a 1.5. El PRD de 5 millones a 1.2 millones, El PT de 508 mil 210 a 249 mil 384; MC, de 466 mil 197 a 229 mil 474; y el PAN, de 376 mil 988 a 234 mil 450 militantes; Morena fue el que menos decrecimiento tuvo, apenas 12%, al quedar con 278 mil 332 de los 317 mil 595 integrantes que tenía. El único partido que logró crecer 50% fue el PVEM que pasó de 304 mil 311a 460 mil 554 (La Jornada, 19 de febrero de 2020).
El corredero del que estamos siendo testigos desde los partidos políticos tiene su raíz en el hartazgo en general del país, así como la partidocracia; la cual es el claro reflejo de los discursos partidistas y la crisis democráctica por la que estamos pasando.
Se refleja en el abuso de los espacios públicos de los partidos políticos, en corresponder a sus propios intereses y no los de los ciudadanos, financiar sus propias necesidades y su rechazo a rendir cuentas sobre los recursos públicos que reciben y las acciones que llevan a cabo.
Los partidos políticos son piezas fundamentales para las democracias alrededor del mundo, y que cuando los rechazamos es debido al uso privado que le dan a los recursos públicos que les son asignados. No nos interesa cancelarlos, sino que actúen de manera correcta y nos ayuden a consolidar la democracia en el país.
No buscamos cancelar a los partidos políticos, queremos que tengan un mejor accionar y que realmente ayuden a consolidar la democracia en México. Pero al paso de las décadas nos queda claro que se encuentran muy lejos de atender las necesidades políticas de la sociedad y una muestra muy clara de ello, es la desbandada que están tienen hoy por hoy.
Ahora bien, el corredero de militantes de los partidos políticos no es necesariamente tan malo. La razón es muy simple: con los militantes que les quedan, (todos prácticamente perdieron adeptos), pueden buscar mantener el mismo porcentaje de votos en la siguiente elección, con lo cual la distribución del poder actual se mantendrá de forma más o menos igual, pero con la ventaja de tener menos base social que atender. Suena perverso, me parece que lo es.
@contodoytriques