Covid-19, mortalidad y miseria

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Ismael Ramírez Villaseñor*                                                                                                 covid-19

 

¿Me puedo contagiar de Covid-19? ¿Puedo morir de ese contagio? La respuesta a la primera pregunta es sí. Todo habitante del planeta que tenga contacto con al menos dos o tres personas infectadas, y éstas acudan a poblaciones de cualquier tamaño, se contagiará con Covid-19 en el trascurso de los meses o años por venir ¿Por qué? Porque estos virus son partículas de material genético (en este caso ácido desoxirribonucleico ARN) que buscan perpetuarse con ese misterioso tesón de todas las formas de vida. Pero para lograrlo, como todos los virus, buscan células de algún mamífero a las cuales puedan unirse, penetrarlas y usar su maquinaria nuclear para reproducirse y formar millones de copias del ARN viral y las proteínas que lo protegen.

En el proceso, hacen estallar las células, quedando libres millones de copias nuevas del virus (a veces con mutaciones). Así, los virus siguen su eterno camino en búsqueda de más células dentro y fuera del organismo infectado, alcanzando en promedio a 2 personas más por cada infectado. Sin embargo, hay personas que por su posición social puede infectar a muchos más (un profesor con muchos grupos de estudiantes, una cuidadora de guardería). Imaginemos el caso de un chofer de transporte urbano en Guadalajara, ¡en las condiciones en que labora!

De tal manera que, conforme el virus avanza en el contagio de una población (geográfica), el número de casos crece exponencialmente. Y como el mundo hoy en día es como una gigantesca población global, con enorme movimiento dentro de las ciudades, regiones y entre los países, el Covid-19 seguirá circulando al igual que otros cincuenta virus (influenza estacional A,B, H1N1, picornavirus, mixovirus, etcétera) por el globo. Todos estos virus tienen en común que causan infecciones respiratorias agudas altas (IRA, decimos en medicina). Lo que los diferencia es su virulencia (capacidad de causar infección grave y la muerte).

Vamos entonces a la segunda pregunta: ¿Puedo morir de la infección por Covid-19?  El catarro común (rinofaringitis) causó la muerte de 0.4% personas en 2014 en la Ciudad de México (ver pag. 64)

En el mismo año, el virus de influenza H1N1 mató a 3.3 % de personas en Durango, con tasas nacionales mucho menores a esa. Cito los datos de Durango porque la mortalidad calculada hasta hoy, 13 de marzo, para el Covid-19 tiene un rango de 2.5% en Francia, y 5% en Italia.

A partir de estos datos, podríamos decir que el Covid-19 causa una mortalidad unas 7 veces mayor que el catarro común. Importante, pero no muy diferente a la de influenza H1N1. Por cierto, la Organización Mundial de la Salud, reconoce que la influenza estacional ha causado una mortalidad mundial de alrededor de 500 mil a 600 mil personas.

Volvamos a nuestra pregunta. Como ya dijimos, este virus invade las células del epitelio respiratorio alto, y sigue buscando células que infectar; pero si el organismo es sano, no permite mayor avance de la infección. Nuestras defensas inmunológicas destruyen a nuestras células infectadas por el virus y las repone de inmediato, sin la ayuda de ningún medicamento. Así es como ocurre en 50-80% de las personas de la población.

El responsable federal de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, calculó que tendríamos en México alrededor de 10 millones de personas con síntomas de enfermedad, y que de ellos, entre 2 y 5% tendrían un cuadro clínico grave: medio millón de personas.

¿Quiénes son esas personas con riesgo de morir por esta epidemia? Pongo un ejemplo extremo: el Covid-19 infecta a una persona de 90 años, quien sufre de enfermedad pulmonar crónica, y que necesita de oxígeno diariamente. Es decir, se trata de un organismo en extremo biológicamente frágil, y con alta probabilidad de que la infección por Covid-19, o de influenza A,B o H1N1, o incluso un rinovirus del catarro común, le induzcan una neumonía viral, falla respiratoria aguda y muerte. Entonces, la respuesta a la pregunta ¿puedo morir de Covid-19? tiene un abanico enormísimo, uno de factores biológicos, psicológicos y sociales.

Me explico: la propaganda (que no es lo mismo que información) omite que los factores sociales son los causales determinantes de la mortalidad. Los enfermos con enfermedad crónica, por ejemplo, los de capas sociales altas, están muy bien protegidos, tienen atención médica personalizada, vacunas contra influenza y contra la neumonía por neumococo. Tiene personas que les cuidan y alimentan; viven en casas limpias, bien ventiladas y con bajos niveles de contaminación del aire. Cuando están en casas de estancia (asilos), cuentan con habitaciones propias y jardines (con costos superiores a los 30 mil pesos mensuales).

Otro elemento crucial en la respuesta a la infección es el nivel de estresores que sufra la persona infectada. Quien perdió su empleo, trabaja en medio insalubre, se transporta hacinado largas horas diarias, está abrumado por deudas, sufre depresión de cualquier causa, sufre acoso o discriminación en trabajo, escuela o su hogar, suma enormes riesgos de que su sistema inmune esté agotado y el Covid-19 le induzca enfermedad grave. Si combinamos la carencia económica, los estresores severos y la obesidad extrema (un factor inflamatorio crónico por sí mismo), podemos comprender que el mayor riesgo de morir por esta y otras epidemias de infecciones respiratorias es la miseria, que no es lo mismo que pobreza. Pero ese es otro tema.

 

 

 

*Especialista en medicina familiar, maestro en Farmacología, exprofesor de farmacología aplicada y medicina familiar en la Universidad de Guadalajara, y Tecnológico de Monterrey. Premio Nacional al Mérito en Medicina Familiar, 2018. Miembro de la Comisión Académica del Colegio Jalisciense de Medicina Familiar, A.C. Autor de una veintena de artículos científicos disponibles en su espacio de ResearchGate.

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