Cuando humildad falta, todo se complica

Partidiario

Criterios

 

A menos de dos semanas de que el presidente Andrés Manuel López Obrador cumpla su primer año de gobierno, la distancia entre él y algunos de sus antiguos aliados, e incluso, colaboradores cercanos, se resquebraja por motivos diversos.

Uno de ellos, Carlos Urzúa, secretario de Hacienda, se fue por desacuerdos en el manejo de la economía  las finanzas del país, independientemente de la intromisión de manos menos expertas en la materia.

Otros colaboradores del presidente, aunque no se han ido, se sabe de su inconformidad por razones varias.

No se diga del malestar en esferas de Ejército por desacuerdos, antiguos y recientes, con López Obrador, por alusiones de la supuesta existencia innecesaria de esta institución, como por desacuerdos en el manejo de la inseguridad que tuvo su explosión en el culiacanazo de hace un mes (17 de octubre pasado).

Esto último quedó fehacientemente asentado en aquel discurso del exsubsecretario de la Defensa, Carlos Gaytán Ochoa, quien ante medio millar de altos mandos y del mismo titular  de la Sedena, general Luis Crescencio Sandoval, habló de agravios al pueblo mexicano y que los soldados están ofendidos.

El propio presidente habló, hace dos semanas de rumores de golpe de Estado. No obstante, al día siguiente se desdijo. De esas cuestiones ya hemos comentado en este mismo espacio en la columna que titulamos ¿”Estado de cosas o cosas de Estado?” (2 de noviembre).

Luego, el lunes 4 de este mes, ocurriría la masacre de la familia LeBarón  en el municipio de Bavispe, Sonora, en donde perecieron seis menores y tres mujeres atacados presuntamente por miembros de un cártel de las drogas.

Todo esto ha ocasionado un descenso de diez puntos porcentuales (de 68.7% a 58.7% en la aprobación de Andrés Manuel, de acuerdo con una encuesta publicada el viernes 15 en el periódico El Universal.

Pero las cosas para AMLO no terminan ahí. También algunos intelectuales, entre ellos, el poeta Javier Sicilia, quien en 2011 perdió a su hijo Francisco, masacrado en el estado de Morelos junto con otros cinco jóvenes. Esa tragedia lo hizo emprender una marcha por distintas partes del país en contra de la violencia. Entre quienes se unieron a sus protestas estuvo Andrés Manuel.

Ahora, ante el fracaso de la lucha contra la inseguridad en el país, el poeta y activista habla ahora de voltearle la espalda al presidente por no hacer lo correcto ante la prometida pacificación de México.

En una entrevista que le hizo el diario español El País, Sicilia expresa que no le queda más remedio que salir de nuevo a las calles para pedirle a la gente que haga lo mismo y “ocupe los espacios públicos que nos está quitando el crimen organizado”,  y que el gobierno tiene que cambiar de estrategia.

Critica que el presidente no haya dimensionado “el tamaño del monstruo”, y que, pese a que pidió consejo de cómo enfrentar el problema de las víctimas y la violencia y de que le pidió que se fuera a trabajar a su lado, no hace caso.

El activista le respondió que él estaba mejor afuera que adentro “porque no me voy a plegar a políticas que no se correspondan. Es mejor que me tengas como un crítico aliado. Yo no soy experto pero traigo a los expertos adecuados”. Pero de acuerdo con el comportamiento que ha tenido al respecto, “lo que muestra es que no tiene idea”, sostiene Sicilia.

Acepta que fue una idiotez de Felipe Calderón sacar al Ejército a las calles “como si la droga fuera un asunto de seguridad pública, pero AMLO sigue la misma tónica que antes tuvo Enrique Peña Nieto.

Afirma en la entrevista que los fracasos de Andrés Manuel, sobre en seguridad, los  capitaliza “muy brutalmente la derecha para golpearlo, desprestigiarlo profundamente”, pero que está muy a tiempo de virar y hacer caso a críticos como él que no sus enemigos.

Le pregunta el reportero si no le perdonó llamar a votar en blando en 2012. Responde: “No me perdonó como tampoco perdona a los zapatistas” y que a veces no olvida. “Y es grave no olvidar agravios (…) Soy de la idea de un pacto social. El pueblo debe dar la espalda a un tipo de democracia que ya no funciona”.

Concluye Sicilia que o nos ocupamos de la seguridad “todos y bien, cueste lo que cueste, dinero, sacrificio, o nos lleva la chingada”.

En una “Tercera carta abierta…”, en la revista Proceso fechada este lunes 18, le escribió:  “Nos están matando, desapareciendo, violentando de maneras cada vez peores. Es momento de cambiar de estrategia por una a la altura de la emergencia nacional y la tragedia humanitaria que padecemos. Sabes, presidente, que hay los elementos para hacerlo. Se pusieron sobre la mesa. Lo que falta es la humildad del que escucha y la voluntad política de quien gobierna”.

Y puede que tenga razón el poeta, activista y articulista Javier Sicilia, antes que todo se vaya al carajo por la cerrazón, la terquedad, la autosuficiencia…  O la soberbia.

 

 

Foto: Octavio Gómez/Proceso

 

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