Josefina Real
16 de mayo de 2022.- Personal docente encabezado por el director Carlos Sandoval Delgado, de la escuela secundaria número 8 mixta, pusieron a salvo a dos jovencitas de 14 y 15 años de edad, ambas eran abusadas sexualmente por su padrastro, con el consentimiento de su madre biológica.
El 9 de mayo pasado, las jovencitas tuvieron el valor de revelar los hechos lastimosos a sus maestros. El director aplicó el protocolo establecido por la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ) para proteger a las alumnas, un protocolo que, por cierto, en dicho sistema es casi nulo para salvaguardar la integridad de las y los infantes.
Fueron más allá del protocolo o de lo contrario las niñas no estuvieran resguardadas en Ciudad Niñez.
La maestra Layda Delgado, también abogada, constató que por parte de las autoridades de Jalisco no hay compromiso para garantizar el interés superior de la niñez.
El director, consideró para Partidero Jalisco que al menos la mitad de sus alumnos sufren algún tipo de maltrato o violencia en casa.
- ¿Su principal problema es interno o externo a la escuela?, se le preguntó al director.
- Interno, en el aspecto de que las alumnas nos dicen lo que está ocurriendo en casa, pues eso ya se vuelve un problema personal y de ética que tengo que sacar adelante en protección de ellas.
Los hechos
Las alumnas temerosas pidieron ayuda a sus profesores, la abuelita de ellas confirmó que eran violentadas sexualmente y psicológicamente por el padrastro quien se dedica a “cuidar” y lavar carros en la calle y que la mamá biológica lo sabía y nunca actúo en defensa de sus hijas.
Las alumnas tienen un hermano menor de edad, y hasta la entrega a la redacción de este material, el pequeño sigue expuesto en un hogar violento.
Después de que las niñas narraron sus experiencias, los profesores llamaron al 911 para solicitar ayuda, llegaron al lugar mujeres policías del programa Código Violeta, “pero no hicieron nada que porque no había denuncia ni carpeta de investigación”, dijo la maestra Layda Delgado. Después llegó otra patrulla con policías hombres, ellos sí se quedaron hasta el final.
La madre biológica no quiso interponer denuncia en contra de su pareja, citaron a la abuela quien les dijo: “quiero quedarme con las niñas, pero no tengo dinero, no me metan en esto porque me va a matar”, según narró la maestra Layda Delgado.
Agregó que fue una vecina de las jovencitas quien denunció porque conocía del riesgo para ellas, las muchachas también le habían informado de su tragedia. “Hicimos todos los reportes, eso nos pide el protocolo”.
El director manifestó que “lo que buscábamos era la protección de las niñas, ellas ya no podían regresar, dijeron que si regresaban el padrastro las iba a matar, están en riesgo, él se droga, es violento”.
“Los policías estuvieron aquí pero no había nadie, ni un psicólogo o trabajadora social que tomaran los datos de ellas para que después hiciera su trabajo el agente del ministerio público”.
Lo que no dice el protocolo e hicieron, buscar a una maestra que es psicóloga, fue ella quien entrevistó y evaluó el peligro que corrían las jovencitas, así se le pudo dar parte al ministerio público.
“Ni Fiscalía nos pudo proporcionar nada, ni Ciudad Niñez, ni el gobierno de Guadalajara, ni las del Código Violeta… No garantizan el interés superior de la niñez”, lamentó la maestra Layda.
- ¿Ni una de las instituciones tiene psicólogos?, se le preguntó.
- Tienen pocos, como dos y estaban ocupados, otro de vacaciones, que cuando se desocupen llegan, pues es hora de que no llegan.
Tras la entrevista a las menores, declararon que sufrían abuso sexual por parte del padrastro desde hace ocho años.
Transcurrían las horas y las adolescentes seguían sin garantías institucionales.
Tuvieron que llamar a la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de Jalisco (CEDHJ), “nos asesoró y ayudó Perlasca, de no ser por él las niñas seguirían en riesgo”. Javier Perlasca Chávez es el primer visitador de dicho organismo.
La escuela
La escuela secundaria número 8 es mixta, se encuentra frente a lo que fue la Penal de Oblatos al oriente de Guadalajara, es de las pocas instituciones que es de tiempo completo.
El director Carlos Sandoval Delgado, narró que cuenta con mil 350 alumnos en ambos turnos, además es una escuela incluyente, tiene alumnos con síndrome Down, ciegos, autistas y sordos.
Calcula que el 50 por ciento de su población estudiantil sufre algún tipo de violencia en casa, “la mayoría tiene baja su autoestima. Sus padres les dicen que ya no estudien, que no hagan trámites a la preparatoria, que no sirven para eso. Yo les digo a los padres, no les digan eso a los niños. Viven violencia psicológica, verbal, emocional y física”.
La mayoría de mi comunidad son madres solteras, se van a trabajar y vienen por sus hijos a las cuatro de la tarde.
Al director, con 30 años de experiencia, le angustia que lo ocurrido con las hermanas de 14 y 15 años de edad “no sea una prueba superada”, por lo que hace un llamado al gobernador Enrique Alfaro Ramírez, al presidente municipal de Guadalajara, Pablo Lemus Navarro y a todo el personal de las instituciones encargadas de la niñez a que coadyuven para “proteger a nuestros niños”.
Hay protocolos y reuniones, “pero en la realidad, eso no funciona”.