El cardenal Sandoval y #UnDíaSinMujeres

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Como hace tiempo no ocurría, don Juan Sandoval Iñiguez volvió a tomar la palabra por su cuenta y riesgo ─tal vez instigado por el autonombrado grupo Que viva México─, pero no para ilustrar en cuestiones pastorales, sino a contrapelo de la sociedad y, al menos, del silencioso apoyo del resto de la jerarquía católica al paro de mujeres en protesta por los feminicidios y el asedio de que son víctimas cotidianamente.

Pero el cardenal y arzobispo emérito de Guadalajara metió en el mismo paquete el asunto de que el movimiento es proabortista. Eso no es del todo exacto por lo que se refiere exclusivamente a #UnDíaSinNosotras o, lo que es lo mismo, #UnDíaSinMujeres, programado para este lunes 9 de marzo.

El paro, que consistirá en que cada mujer que participe lo haga quedándose en casa, sin ir a trabajar, sin presentarse en la escuela, en la universidad y ni siquiera en la tienda de la esquina o en el supermercado para hacer sus compras es, no cabe duda, un reto al machismo, pero más que nada un reto de la mujer en sí misma para demostrarnos que la familia y la sociedad no pueden serlo sin ellas desde que Dios hombre y mujer los creó.

También es, claro, un desafío necesario a la autoridad en general y a las autoridades civiles en particular (el presidente Andrés Manuel lo ha tomado como un asunto en su contra, sin serlo exactamente) porque han hecho muy poco, o casi nada en contra de la violencia y la inseguridad en un medio como el mexicano en que ellas se sienten, y son las más vulnerables y acosadas en todos los sentidos. Yo, al menos, así interpreto ese frenón que harán por un día a ver lo que se siente y se valora a la mujer.

Si bien es cierto, como dice don Juan Sandoval, que el mayor número de asesinatos se da en contra de los hombres (88%), las más asediadas son las damas y, a últimas fechas, las adolescentes y hasta las niñas que han sido víctimas de inenarrables crímenes.

Ese es, en esencia, el fin de #UnDíaSinMujeres; la marcha para celebrar su día, es cosa aparte, me supongo. Ahí sí, sin duda, las feministas volverán a demandar “su derecho a decidir” sobre su persona en materia de embarazo, de aborto concretamente, al que se opone tajantemente y sin matices la Iglesia católica y la inmensa mayoría de quienes conscientemente profesamos la religión.

Cosa muy aparte también son las manifestaciones de violencia que se han dado por grupos feministas muy señalados, supuestamente para ser “visibilizadas”, como pregonan las mujeres que se enmascaran para pintarrajear y dañar monumentos y otros patrimonios; cosa que, por cierto, va en desdoro del movimiento. ¿Alguien tendrá ese retorcido interés?

En su exhortación a no participar en el anunciado paro, el cardenal argumenta en el video subido a Facebook, que “las organizadoras son las del pañuelo verde… partidarias del aborto” y que “ya desde ahí la jornada está viciada” y que lo que buscan “es ganar espacios políticos, que se legisle en favor del aborto” y que éste es un crimen peor. “Son más los que mueren en el seno de su madre que las mujeres maltratadas, y es más cruel porque se trata de los inocentes en el lugar más sagrado, donde está el nido de la vida, son cruelmente privados de la vida por la misma madre”.

Más adelante señaló el prelado en retiro que lo que se busca es seguir con la dialéctica de Hegel de “enfrentar a los opuestos para borrar las diferencias” y que es por eso que las feministas buscan enfrentar a mujeres contra hombres y, que en todo caso se debe protestar contra la trata de blancas también “y no contra fines aviesos”.

En donde creo que le falla al purpurado al llamar a un no apoyo al paro es precisamente en esa falta de acompañamiento y, en su caso también, aprovechar para fijar claramente la postura de la Iglesia y el porqué de su posición.  Ahí precisamente es en donde se debe incluir el último tema que enuncia y que, efectivamente se soslaya, quizás inconscientemente, como es el tráfico de personas en donde, por obviedad, se incluiría la trata de blancas que está en su apogeo a nivel nacional e internacional y un número incontable de mujeres son vejadas, desaparecidas o asesinadas.

Es aquí, hay que decirlo, en donde algunos jerarcas están fallando, concretamente el arzobispo emérito: por un lado, no haciendo una diferenciación o separación de temas y, por otro, no acompañando y orientando. Es la gran coyuntura y no se aprovecha.

Estimo que hay precipitación y falta de cálculo. Quizás hasta de adecuada prudencia.

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Sandoval Sandoval

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