El ‘tema’ de las mujeres en tiempos electorales

En este proceso electoral, como nunca se había visto, el “tema de las mujeres” o el “tema feminista” está de moda en casi todas las candidaturas de todos los colores y partidos. De pronto, todas y todos se volvieron feministas y expertos en temas de mujeres.

Entre quienes aspiran a un cargo público, algunas tienen el descaro de asumirse públicamente como feministas y en la práctica tener un discurso absolutamente contrario, y otros más, con el mayor cinismo, anuncian su compromiso con la causa, como si la agenda política de los derechos humanos de las mujeres fuera solo “un tema”.

Evidentemente, en época electoral, las mujeres nos convertimos en parte del discurso de las y los candidatos, que de pronto se muestran muy comprometidos. En este sentido, la mirada asistencialista perpetúa el discurso de la mujer víctima, de la pobrecita, de la necesitada de ayuda que solamente se conseguirá a través del apoyo generoso y desinteresado del partido o del candidato.

Son muchos quienes en su campaña electoral presumen el feminismo que dicen profesar, o que se dice, al menos, en pro de la defensa de la mujer o de  sus derechos legítimos, que no sólo se incumplen reiteradamente, sino que ni siquiera son contemplados en sus programas y acciones de gobierno y sólo se utilizan como discurso, con el fin de captar el voto femenino y de la población en general.

No obstante, sus discursos son preparados y anclados en la obviedad de los hechos, de las situaciones y de las injusticias perpetuadas y sostenidas por el propio sistema que las creó.

Los avances en los derechos humanos de las mujeres no se han logrado a través de los partidos políticos ni de sus candidatos. Al contrario, muchos de ellos, cuando llegan al poder, se convierten en verdaderos obstáculos para la causa feminista.

El feminismo no es, como muchos políticos nos transmiten, buenas intenciones y palabras dirigidas a las mujeres.

El movimiento feminista ha resquebrajado el sistema patriarcal, rompió las barreras que negaron por siglos el derecho de las mujeres a educarse, a ejercer las profesiones que deseara, a votar y ser votadas en elecciones, a ocupar cargos en la vida pública, a tener patrimonio propio, a decidir libremente sobre su vida matrimonial y familiar, a tomar decisiones sobre su cuerpo y sobre su vida.

El movimiento feminista ha reivindicado la lucha por el territorio y por los recursos naturales, se ha pronunciado en contra del capitalismo, del racismo y de las diversas formas de opresión.

El feminismo es un movimiento de liberación de todas las personas, y es la sociedad humana entera la que se ha beneficiado de las luchas y logros del mismo. Los candidatos y sus partidos en épocas electorales corrompen la palabra feminista y la palabra mujer con sólo pronunciarlas.

 

 

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