25 de junio de 2022.- En territorio jalisciense, en los límites con Zacatecas, un grupo de hombres armados detuvo momentáneamente al Obispo católico, Sigifredo Noriega Barceló cuando se dirigía a la comunidad de Tenzompa de Huejuquilla el jueves pasado.
“Allá en el estado de Jalisco, íbamos de Huejuquilla a Tenzompa, pero lo que me llamó la atención es que no era ni Guardia Nacional ni Ejército, eran personas de… de… de uno de los grupos delictivos”.
“Nunca me había tocado pasar por un retén así”, pero “¿cómo es posible -cuestionó- que se estén dando este tipo de situaciones y se esté viendo ya como cosa normal, es muy peligroso que la violencia asesina se vea ya como parte de la normalidad”, señaló el clérigo.
Explicó que fue interceptado, sin embargo, al informarles quiénes eran y a dónde se dirigían, los dejaron circular de inmediato, según relata el propio clérigo a través del sitio web de noticias del Sol de Zacatecas.
“Ellos estaban haciendo lo suyo, pues, no dejando pasar a otros grupos, pero a mí me llamó la atención porque es la primera vez que me toca en vivo un suceso como este”, dijo Noriega Barceló.
Él pertenece a la diócesis de Zacatecas, la cual abarca varios municipios de Jalisco, como Huejuqilla a donde circulaba para llevar a cabo una celebración religiosa. Ahí en Tenzompa, un pueblo de menos de mil habitantes, fue donde ofreció una misa con las comunidades aledañas de ambos estados el jueves pasado.
El hecho se presenta días después de que, en Urique, Chihuahua asesinaran a dos sacerdotes jesuitas y después de que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), lanzara un ultimátum a los gobiernos de los tres niveles, para parar el “derramamiento de sangre inocente” en el país.
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