Susana Carreño, una periodista quien estuvo a punto morir en un ataque directo con arma blanca en julio pasado, acudió a “la mañanera” del presidente López Obrador para agradecer el apoyo ofrecido. “Por eso estoy viva”, le mencionó al presidente y le aclaró: “tengo miedo, quisiera no tenerlo”. Su caso es el ejemplo de un intento de asesinato a una periodista y defensora del medio ambiente, ante un silencio que impera por parte de la autoridad estatal.
El hecho se dio en Puerto Vallarta, el mismo municipio donde mataron al exgobernador, Jorge Aristóteles.