Filosofando: Del paro estudiantil CUCSH – La Normal

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Sábado 20 de mayo de 2023.- Comparto en esta columna a mis amables lectores un análisis político, a mi apreciación justo y atinado, de la huelga estudiantil que sostienen los auténticos estudiantes universitarios de dicho centro. El autor es Carlos Delgadillo, Carolus, y lo tituló: El paro en el CUCSH y la FEU. Aquí va, sin cambiarle ni una coma, como debe ser:

Tras la muerte de Raúl Padilla, la facción que se perfila como heredera de la estructura de poder caciquil es la de los que se formaron en la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), la organización estudiantil con la que Raúl Padilla reemplazó a la FEG y construyó su hegemonía.
Ricardo Villanueva, un político priista, comenzó su carrera política justamente en la FEU, de la que fue presidente entre 2001 y 2004. Uno de sus aliados más importantes es César Antonio Barba Delgadillo, alias “Chicho”, que hoy se desempeña como director del Sistema de Educación Media Superior (SEMS). Él también presidente de la FEU, entre 2007 y 2010. Otro feuísta que puede mencionarse es José Alberto Galarza Villaseñor, “El Rojo”, dirigente en el periodo 2013 – 2016 y quien llegó al Senado de la República, bajo las siglas de MC, pero representando realmente al Grupo UdeG.
Los feuistas se han colado a varios partidos y grupos. En el PRD, en el PRI, en Morena, en Movimiento Ciudadano, han ido tomando posiciones, como cuadros formados en la misma matriz. Recientemente, con la confrontación entre alfaristas y padillistas, algunos se vieron en el dilema de a quién apoyar, pues ocupan cargos en el gobierno de Jalisco o en los municipios con administraciones emecistas.
La FEU, única federación reconocida oficialmente en la UdeG, fue uno de los pilares del cacicazgo de Padilla. Ahora es no sólo el pilar sino la estructura predominante en la universidad. La vieja generación, formada en la FEG, está de salida. Les toca a los feuístas sustituirlos. Y están en una posición inmejorable.
Por eso el paro vigente en el CUCSH de La Normal adquiere un gran simbolismo. Está protagonizado por estudiantes que no son feuístas y que no se sienten representados por la FEU. Desaparecida la FEG, nadie puede recurrir a la descalificación de que son fegistas, como tantas veces se hizo en el pasado contra los grupos estudiantiles disidentes.
Los padillistas se han acostumbrado a tener una universidad en paz, lo que les ha dado libertad para extender sus redes hacia el exterior. Si los feuístas aparecen en todos lados y ocupando cualquier cantidad de puestos, es porque, adentro, en la universidad, las cosas han estado demasiado tranquilas.
Si Villanueva se comporta como una suerte de candidato en precampaña, es porque, como rector, no ha tenido que esforzarse en aplacar disidencias internas. Si se puso al tú por tú con el gobernador, es porque la comunidad universitaria estaba suficientemente anestesiada.
Pero eso comienza a cambiar. Con un centro universitario tomado y en paro, los estudiantes no alineados están comenzando a remover las consciencias adormecidas. Y las autoridades se han visto obligadas a voltear hacia adentro.
Como no podía ser de otra manera, la respuesta ha sido acudir a la FEU. El rector del CUCSH, Juan Manuel Durán Juárez, eterno funcionario que ha pasado de puesto en puesto durante toda su vida, se puso de acuerdo con el Representante General del Alumnado (RGA), no con los paristas. Ambos “acordaron” poner fin al paro, sin tomar en cuenta a los estudiantes que lo convocaron y lo sostienen.
Los padillistas ahora huérfanos siguen considerando que los únicos representantes válidos de los estudiantes son los miembros de la FEU. Es decir, los que siempre han representado a la cúpula frente a la base. Es un embuste: la federación charra sólo representa la voz de las autoridades, cada una de sus corrientes tiene un jefe político, que ocupa altos cargos y dicta órdenes desde su oficina. La FEU nunca representó a la comunidad estudiantil, siempre fue y siempre ha sido un órgano de control, un brazo del cacicazgo.
El paro estudiantil del CUCSH La Normal está sacando a la luz pública esas prácticas, tanto tiempo asumidas como inevitables, cosificadas, normalizadas, naturalizadas. El rector Villanueva tarde o temprano tendrá que olvidarse un poco de sus aspiraciones y sus ambiciones fuera de la universidad para encargarse del paro. Y recurrir a la FEU no será ninguna solución, al contrario, puede ser un acelerador para que el incendio se propague.
Esos feuístas que, muy confiados, creían que iban a poder seguir traicionando a los estudiantes para impulsar sus carreras políticas, ahora tendrán que dar la cara y responder por su silencio frente a las carencias y el deterioro de las instalaciones del CUCSH. Su complicidad ha sido desenmascarada.
Los que pensaban que con un pacto desde arriba entre Alfaro y Villanueva iba a ser suficiente. Y que sólo bastaba con que el gobernador no se metiera en la universidad y que la universidad no se metiera en la política de partidos, se equivocan. No es tan fácil. El cacicazgo de los padillistas huérfanos, de los feuístas, de los exfegistas, tiene fecha de caducidad. No será fácil que todo cambie simuladamente para que todo permanezca igual.
Los estudiantes no alineados tienen la última palabra.

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