FRENTE A TRUMP, SABIDURÍA

Más soberbio y prepotente tras prácticamente doblegar y, en esencia, poner a su servicio a la justicia, Donald Trump regresa sin ataduras de quedar bien con algo o con alguien, que no sea su ego. Él no puede reelegirse, solo que cambie la ley o asalte al poder como lo intentó hace cuatro años. Impredecible de lo que piense y haga a mediano y largo plazo como lo hizo Hitler, más vale acá agudizar la inteligencia, evitar retos o siquiera responder a sus amagos. No vale la pena. Sabiduría, serenidad y paciencia es lo que falta frente a sus arrebatos.

 

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