Hace tres años, en 2019, y a propósito del aumento de las ejecuciones, Alfaro aseguraba que se trataba de una guerra entre integrantes de bandas del crimen organizado que se estaban matando entre ellos. Hoy para nadie es un secreto que las calles, comercios y plazas de la zona metropolitana son escenario de un encontronazo entre grupos criminales, pero la duda que prevalece es saber si ¿los más de 60 funcionarios y policías que han sido asesinados en Jalisco eran parte de esa guerra de grupos o cayeron en el cumplimiento de su deber?